Conducta animal y computación
¿Por qué en algunas cosas una abeja es tan inteligente como una supercomputadora?
Una abeja melífera tiene un cerebro más pequeño que una semilla de sésamo. Y, sin embargo, puede tomar decisiones inteligentes y con suma rapidez. Un robot programado para hacer igual de bien todo el trabajo de una abeja necesitaría estar conectado telemáticamente con una supercomputadora clásica, para que esta le guiase hacia las decisiones correctas tan rápida y sabiamente como lo hace el minúsculo cerebro de la abeja.
Una nueva investigación profundiza en los secretos de la cognición, siguiendo el ejemplo de los diminutos cerebros de las abejas, que permiten a estos insectos tomar rápidamente buenas decisiones. La meta de esta línea de investigación y desarrollo es diseñar mejores robots, que piensen tan bien como lo hacen las abejas.
Las abejas de la miel tienen que equilibrar esfuerzo, riesgo y recompensa, evaluando con rapidez y precisión qué flores tienen más probabilidades de ofrecer alimento a su colmena. El nuevo estudio revela cómo millones de años de evolución han moldeado el cerebro de las abejas melíferas para permitirlas tomar buenas decisiones con suma rapidez.
El estudio es obra de un equipo integrado, entre otros, por Andrew Barron, de la Universidad Macquarie en Australia, y HaDi MaBouDi, de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido.
Los autores del estudio han confeccionado un modelo de toma de decisiones en abejas y han determinado las vías en el cerebro de abeja que permiten su capacidad de tomar buenas decisiones rápidamente.
Para igualar la capacidad de tomar decisiones de las abejas se necesitaría una supercomputadora clásica. O desarrollar un sistema de inteligencia artificial basado en sus conexiones neuronales y que podría emplear un hardware minúsculo. (Foto: Théotime Colin)
Los investigadores en inteligencia artificial pueden aprender mucho de los insectos y otros animales "simples". Millones de años de evolución han dado lugar a cerebros increíblemente eficientes que requieren muy poca energía. James Marshall, de la Universidad de Sheffield y miembro del equipo de investigación, pronostica que el futuro de la inteligencia artificial se inspirará en la biología.
Marshall cofundó Opteran, una empresa que aplica ingeniería inversa a los algoritmos cerebrales de los insectos con el fin de lograr máquinas capaces de poseer una inteligencia comparable a la natural de los insectos.
"Nuestro estudio ha demostrado una compleja toma de decisiones autónoma con circuitos neuronales mínimos", afirma Marshall.
Barron y sus colegas exponen los detalles técnicos de su estudio en la revista académica eLife, bajo el título “How honey bees make fast and accurate decisions”. (Fuente: NCYT de Amazings)