Astronomía
Centenares de filamentos de origen desconocido en la nebulosa M57
La nebulosa Messier 57 (M57), también conocida popularmente como “Nebulosa del Anillo”, nació de una estrella moribunda que expulsó sus capas exteriores al espacio. Para muchos entusiastas del cielo, la Nebulosa del Anillo, situada a unos a 2.600 años-luz de distancia de la Tierra, es uno de los objetos astronómicos de la constelación de Lyra más conocidos.
Lo que hace que esta y otras nebulosas planetarias (llamadas así por su forma esférica) sean realmente impresionante al observarlas con suficiente nitidez, es su gran diversidad de formas y patrones, que a menudo incluyen delicados anillos brillantes, burbujas en expansión o nubes intrincadas.
Estos patrones son la consecuencia de la compleja interacción de diferentes procesos físicos que aún no se conocen bien. La luz de la estrella central caliente ahora ilumina estas capas.
El telescopio espacial James Webb (JWST) ha captado las imágenes más detalladas hasta la fecha de la nebulosa. Un equipo de científicos las ha analizado a fondo. Entre los nuevos detalles observados, destacan varios centenares de estructuras alargadas, a modo de hilos, que apuntan a la estrella central.
No está claro el origen de estas estructuras filamentosas.
La investigación la ha realizado un equipo internacional de astrónomos integrado, entre otros, por Albert Zijlstra de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, Mike Barlow del University College de Londres en el Reino Unido y Nick Cox de ACRI-ST en Francia. El equipo también incluye científicos de Canadá, Estados Unidos, Suecia, España, Brasil, Irlanda y Bélgica.
Primer plano de la parte sur del halo exterior, la parte exterior del anillo principal de la nebulosa. Se aprecian muchas estructuras filamentosas apuntando aproximadamente a la estrella central. (Foto: The University of Manchester / NASA / ESA / CSA)
Las imágenes de alta resolución no solo muestran los intrincados detalles de la cáscara en expansión de la nebulosa, sino que también revelan con una claridad asombrosa la región interna alrededor de la enana blanca central. “Estamos presenciando los capítulos finales de la vida de una estrella, una vista previa del futuro lejano del Sol, por así decirlo, y las observaciones del JWST han abierto una nueva ventana para conocer mejor estos impresionantes eventos cósmicos. Podemos usar la Nebulosa del Anillo como nuestro laboratorio para estudiar cómo se forman y evolucionan las nebulosas planetarias”, explica Barlow.
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) es fruto de una colaboración internacional encabezada por la NASA, la ESA y la CSA, respectivamente las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense. (Fuente: NCYT de Amazings)