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Redacción
Lunes, 21 de Agosto de 2023
Arqueología y antropología forense

¿El verdadero aspecto de Otzi?

Otzi, también apodado el Hombre de los Hielos, es como se le llama a un hombre de identidad desconocida, cuyo cadáver momificado fue descubierto en 1991, en el sur del Tirol, a 3.210 metros por encima del nivel del mar. El individuo fue asesinado alrededor del año 3.300 a. de C. y se conservó como una momia congelada desde entonces. Se trata por tanto de un ejemplar inusualmente bien preservado de humano del Neolítico Tardío. Su buen estado de conservación tras varios milenios ha permitido, poco a poco, averiguar muchas cosas sobre él desde que su cadáver fue descubierto.

 

Sobre las circunstancias que rodearon el asesinato de Otzi, solo se puede especular. Tal vez fue la víctima inocente de un asalto. O acaso se trató de un ajuste de cuentas por algo que hizo. O una combinación de ambas cosas. Otzi lo mismo pudo ser un héroe vengador abatido por sus últimos adversarios como narra una película sobre él de 2017, que un malhechor atrapado por alguien que le buscaba para hacerle pagar su crimen.

 

Desde el hallazgo de la momia de Otzi, pero sobre todo a partir de la década del 2010, se han descubierto muchas cosas sobre el físico del misterioso individuo.

 

Por ejemplo, un estudio realizado por un equipo que incluyó al paleopatólogo Albert Zink y al microbiólogo Frank Maixner, de la Academia Europea (EURAC) en Bolzano, Italia, demostró la presencia de la bacteria Helicobacter pylori en el estómago de Otzi. Esta es una bacteria presente hoy en día en la mitad de la humanidad. La teoría de que, en una época muy temprana de la historia de la especie humana, esta bacteria estomacal comenzó a infectar gente, podría ser cierta.

 

Otro estudio, a cargo del equipo del dentista Roger Seiler, del Centro de Medicina Evolutiva en la Universidad de Zúrich, Suiza, demostró que Otzi tenía caries activas y periodontitis avanzada. También, daños dentales por causas mecánicas (un accidente, una pelea o simplemente por morder algo demasiado duro).

 

En la fecha de su muerte, Otzi medía alrededor de un metro con sesenta centímetros de estatura, pesaba unos 50 kilogramos, tenía unos 45 años de edad y llevaba bastantes tatuajes.

 

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Reconstrucción inicial del aspecto que debió tener Otzi poco antes de su muerte. Sin embargo, a juzgar por los resultados del nuevo estudio, estaba mucho más calvo y su piel era más oscura. (Imagen: reconstrucción de Adrie y Alfons Kennis / © South Tyrol Museum of Archaeology / Foto Ochsenreiter)

 

Otros rasgos de su físico, deducidos a partir de datos muy limitados y poco claros, con los que se confeccionó un retrato robot, ahora han quedado en entredicho a raíz de una nueva investigación.

 

El equipo internacional de Ke Wang, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania, ha empleado en el nuevo estudio una tecnología de secuenciación avanzada para analizar el genoma de Otzi y obtener una imagen más precisa de su apariencia y orígenes genéticos

 

La composición genética de la mayoría de los europeos actuales es principalmente el resultado de la mezcla de tres grupos ancestrales: el grupo de los cazadores-recolectores occidentales se fusionó gradualmente con el de los primeros agricultores que emigraron de Anatolia hace unos 8.000 años El grupo de los pastores esteparios de Europa del Este se unió más tarde, hace aproximadamente 4.900 años.

 

El análisis inicial del genoma de Otzi reveló rastros genéticos de estos pastores esteparios. Sin embargo, los nuevos resultados refinados ya no respaldan este hallazgo. El motivo de la inexactitud: la muestra original había sido contaminada con ADN moderno. Desde aquel primer estudio, no solo las tecnologías de secuenciación han avanzado enormemente, sino que se han decodificado por completo muchos más genomas de otros europeos prehistóricos, a menudo a partir de hallazgos de esqueletos. Esto ha permitido comparar el código genético de Otzi con el de algunos de sus contemporáneos. El resultado: entre los cientos de primeros europeos que vivieron al mismo tiempo que Otzi y cuyos genomas ahora están disponibles, el genoma de Otzi tiene más ascendencia en común con los primeros agricultores de Anatolia.

 

El equipo de investigación ha llegado a la conclusión de que Otzi procedía de una población relativamente aislada que tenía muy poco contacto con otros grupos europeos. “Nos sorprendió mucho no encontrar rastros de pastores esteparios de Europa del Este en el análisis más reciente de su genoma; la proporción de genes de los cazadores-recolectores en el genoma de Otzi también es muy baja. Genéticamente, sus ancestros parecen haber llegado directamente de Anatolia sin mezclarse con grupos de cazadores-recolectores”, explica Johannes Krause, jefe del Departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y coautor del estudio.

 

El estudio también aporta datos nuevos sobre la apariencia de Otzi. Su tipo de piel, que en el primer análisis de su genoma se determinó mediterráneo-europeo, fue más oscuro de lo que se pensaba.

 

Anteriormente se creía que la piel de la momia se había oscurecido durante su conservación en el hielo, pero presumiblemente lo que vemos ahora es en gran parte el color original de la piel de Otzi.

 

El nuevo estudio también indica que estaba mucho más calvo de lo que se ha venido creyendo. En el primer retrato robot, aparecía con bastante pelo. El nuevo análisis de sus genes, sin embargo, indica una clara predisposición a la calvicie. Esto podría explicar por qué casi no se encontró cabello en la momia.

 

En el genoma de Otzi también se han encontrado genes que provocan un mayor riesgo de sufrir obesidad y diabetes tipo 2. Sin embargo, estos factores genéticos probablemente no tuvieron efectos gracias a que su alimentación, a diferencia de la típica de las actuales sociedades industrializadas, no propiciaba el desarrollo de tales problemas de salud.

 

El nuevo estudio se titula “High-coverage genome of the Tyrolean Iceman reveals unusually high Anatolian farmer ancestry”. Y se ha publicado en la revista académica Cell Genomics. (Fuente: NCYT de Amazings)

 

 

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