Antropología
Explicación evolutiva de la predisposición a la diabetes de ciertas poblaciones de nativos americanos
Algunas poblaciones de nativos americanos tienen tasas de incidencia de diabetes tipo 2 que figuran entre las más elevadas de las de todos los grupos étnicos. En algunas poblaciones, hasta la mitad de los adultos padece la enfermedad.
Los científicos han barajado desde hace mucho tiempo la hipótesis de que las altas tasas de diabetes en diversas poblaciones de nativos americanos pueden tener sus raíces en el pasado evolutivo de dichos pueblos. Ciertos genes, que ayudaron a los cazadores-recolectores de la antigüedad a almacenar grasa en sus cuerpos para afrontar retos ambientales, siendo supuestamente el mayor de todos ellos la supervivencia durante épocas de hambruna, pueden estar promoviendo la diabetes en los tiempos modernos de mayor disponibilidad de alimentos.
Un nuevo análisis de heces fósiles encontradas en una cueva de Arizona sugiere sin embargo que la evolución de esos genes para almacenar grasa tuvo poco que ver con las hambrunas y mucho con el tipo de alimentación que durante un largo tiempo tuvieron esas poblaciones de la antigüedad.
La investigación llevada a cabo por el equipo de Karl Reinhard, arqueólogo en la Universidad de Nebraska-Lincoln, muestra que los cazadores-recolectores prehistóricos en el sudoeste vivían principalmente de una dieta muy alta en fibra, baja en grasa, y compuesta casi por completo de alimentos con índices glucémicos bajísimos. Esa dieta por sí sola, en opinión de los autores del estudio, podría haber bastado para que esos genes de acaparación de grasa prosperasen y se asentaran con firmeza en la población.
Las conclusiones de la investigación se basan en análisis de coprolitos, que es como se les llama técnicamente a las heces fosilizadas. Analizar coprolitos puede revelar con notable precisión lo que comieron los sujetos.
Durante años, Keith Johnson, arqueólogo en la Universidad Estatal de California en Chico, ha dirigido excavaciones en la Cueva del Antílope, la citada caverna profunda ubicada en el norte de Arizona, justo en la frontera con St. George, en Utah. Johnson y otros arqueólogos han recolectado cerca de 200 coprolitos en dicha cueva. Durante cuatro milenios, la caverna ha sido el hogar de gentes de diversas culturas.



