Astronáutica
David contra Goliat en la competición estudiantil de cohetes más prestigiosa de Europa
Asistía por segunda vez a la European Rocketry Challenge (EuRoc), donde le esperaban rivales que en algunos casos multiplicaban por cien su presupuesto. Por cien. A pesar de esta circunstancia, el equipo Faraday Rocketry UPV, de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) en España, se erigió en el David dentro de un mundo de Goliats.
Este equipo, integrado en la plataforma de Generación Espontánea, conquistó la categoría más exigente y emocionante de la competición: la de vuelo. Su cohete, bautizado como Génesis, alcanzó los 2.914,3 metros de subida vertical rectilínea y consiguió, además, un aterrizaje completamente controlado. Su actuación fue la mejor.
Dos factores nos ayudan a hacernos una idea de la hazaña. Por una parte, el coste de Génesis superó ligeramente los 3.000 euros, mientras que el presupuesto anual de algunos de sus rivales osciló entre los 250.000 y los 300.000 euros. A esto se suma la experiencia acumulada de otras participaciones en EuRoc u otros certámenes similares. En este sentido, la trayectoria de algunas universidades europeas en esta clase de citas arrancó en el siglo pasado, en tanto que Faraday UPV nació a mitad de 2021.
Con estas premisas, el resultado obtenido por los integrantes del equipo: primeros en la categoría de vuelo (Flight award) y quintos en la clasificación general, supone un éxito a priori inimaginable para los 40 miembros del equipo. Lo expresa a la perfección Nacho Coello, uno de los cofundadores de Faraday UPV: “en el vuelo se resume todo el trabajo que has hecho durante meses o años. Es el gran momento y, sin duda, la categoría reina. Haber sobresalido en ella es lo máximo”. “Seguimos en una nube. Aún no somos conscientes de lo que hemos logrado”, añade Francesc Coello, hermano de Nacho e igualmente cofundador de la escuadra.
Parte superior del cohete Génesis de Faraday Rocketry UPV. (Foto: UPV / Faraday Rocketry UPV)
La competición
La última edición de la EuRoc tuvo lugar en la localidad portuguesa de Constancia. Llegar hasta esta localidad para disputar la fase final supone ya un éxito porque el tribunal evalúa de antemano los proyectos aspirantes y la exigencia es máxima. Sin ir más lejos, este año accedieron a la fase final 25 equipos de los 48 que presentaron inicialmente su candidatura. Casi el cincuenta por ciento se quedó por el camino, a las primeras de cambio.
Así pues, la clasificación general de esta competición tiene en cuenta diversos parámetros. Con antelación a la fase final se valora el informe técnico del proyecto y, posteriormente, llega el momento de presentar y defender sus bondades ante el tribunal evaluador. El último paso, y definitivo, es la prueba de vuelo, en la que solo hay un intento e intervienen factores incontrolables y hasta imprevistos como el meteorológico. Además, el jurado también tiene en cuenta el espíritu de equipo de cada escuadra.
Proyecto Kármán
El gran resultado obtenido por Faraday Rocketry en la EuRoc, va a significar en palabras de Nacho Coello “un enorme empujón” para seguir con las dos líneas de trabajo que mantiene abiertas. Por una parte, el equipo seguirá profundizando en la mejora de Génesis y otros cohetes con vistas a seguir cosechando éxitos en las competiciones en que se presenten. Por otra parte, intentarán convertirse en el primer equipo europeo de estudiantes en alcanzar con un cohete la línea de Kármán, situada a 100 kilómetros sobre el nivel del mar y considerada por buena parte de la comunidad científica como la frontera en la que a efectos prácticos termina la atmósfera terrestre y comienza el espacio. Entre los equipos de estudiantes del mundo, alcanzar esta línea es algo que hasta la fecha solo ha conseguido una universidad: la Universidad del Sur de California en Estados Unidos.
“Estamos muy ilusionados y emocionados ante la posibilidad de que podamos llevar al espacio el nombre de la UPV, de nuestros sponsors y de la gente que confía en nosotros. Y ser, además, el primer equipo europeo en nuestro ámbito”, comenta al respecto Francesc Coello. (Fuente: UPV)