Psicología y sociología
Cuando el azul y el verde no existen como palabras
El ojo humano puede percibir alrededor de un millón de colores y tonalidades de estos, pero los idiomas tienen muchas menos palabras para describirlos. Los denominados términos cromáticos básicos, palabras que los hablantes de una lengua utilizan con frecuencia al referirse a colores, se emplean a menudo para medir las diferencias entre dos comunidades en el manejo del color. Las lenguas habladas en países industrializados como Estados Unidos, por ejemplo, suelen tener alrededor de una docena de términos cromáticos básicos, mientras que las lenguas habladas por poblaciones más aisladas suelen tener menos.
En inglés y muchas otras lenguas de países industrializados, hay palabras cromáticas básicas correspondientes a estos colores: negro, blanco, rojo, naranja, amarillo, verde, azul, morado, marrón, rosa y gris.
Los miembros de la comunidad indígena tsimané viven en una zona remota del sector boliviano de la selva amazónica, subsisten mayormente de la caza, la pesca y la horticultura, viven en grandes grupos familiares y tienen poco acceso a bienes y servicios modernos.
En su lengua autóctona, los tsimanés tienen nombres para solo tres colores, que son el negro, el blanco y el rojo. También hay un puñado de palabras que abarcan muchos tonos de amarillo o de marrón, así como dos palabras que, dependiendo de cómo se usen, pueden significar verde o azul. Sin embargo, estas palabras no son utilizadas por toda la población.
En un nuevo estudio, llevado a cabo por un equipo encabezado por Saima Malik-Moraleda, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Estados Unidos, se ha descubierto ahora que la forma en que un idioma divide el espacio cromático puede verse influida por el contacto con otras lenguas.
En mayor medida de lo que creemos, los conceptos que una persona tiene sobre los colores dependen de las palabras que conoce sobre los colores. (Ilustración: Christine Daniloff / MIT. CC BY-NC-ND 3.0)
"Aprender una segunda lengua puede permitirte entender conceptos que no tenías en tu primera lengua", explica Edward Gibson, profesor de ciencias cognitivas y del cerebro en el MIT y coautor del estudio.
Los investigadores descubrieron que, entre los miembros de la sociedad tsimané, quienes habían aprendido español como segunda lengua empezaban a clasificar los colores en más palabras, haciendo distinciones cromáticas que no suelen utilizar los tsimanés que son monolingües.
El hallazgo más sorprendente fue que los tsimanés bilingües empezaron a utilizar dos palabras distintas para describir el azul y el verde, algo que no suelen hacer los tsimanés monolingües. Y, en vez de tomar prestadas palabras españolas para el azul y el verde, reutilizaron palabras de su propia lengua para describir esos colores. Esto sería equivalente a una sociedad que no tuviera en su idioma una palabra para el color naranja, pero que, conociendo la naranja empezase a usar el nombre de la fruta también como nombre del color.
El estudio se titula “Concepts Are Restructured During Language Contact: The Birth of Blue and Other Color Concepts in Tsimane’-Spanish Bilinguals”. Y se ha publicado en la revista académica Psychological Science. (Fuente: NCYT de Amazings)