Contaminación
Las “sustancias químicas eternas” viajan por todo el mundo
El gélido océano Ártico está muy lejos de los lugares donde vive la mayoría de las personas, pero aun así, una clase de compuestos químicos nocivos apodados inquietantemente como las “sustancias químicas eternas” llegan a este remoto paisaje. Ahora, una investigación revela que el océano Ártico no retendrá indefinidamente a estos compuestos, técnicamente conocidos como sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés). Cual Holandés Errante, las sustancias químicas eternas seguirán vagando, también por regiones más pobladas que el Ártico.
El nuevo estudio es obra de un equipo integrado, entre otros, por Matthew Dunn y Rainer Lohmann, ambos de la Universidad de Rhode Island en Estados Unidos.
Los resultados del estudio indican que las PFAS se transportan en un bucle de retroalimentación, en el que el océano Ártico potencialmente exporta hacia el océano Atlántico Norte tantas PFAS como recibe, por lo que los compuestos tienen un itinerario que los lleva por todo el mundo.
Para llegar al océano Ártico, algunas PFAS viajan a través del aire y caen sobre la superficie del océano, pero otras entran desde océanos adyacentes.
El impacto potencial de estos compuestos en los organismos marinos depende de qué PFAS estén presentes y en qué cantidad, las cuales están cambiando constantemente a medida que el agua fluye entre el océano Ártico y el océano Atlántico Norte. Estas masas de agua están conectadas por el estrecho de Fram, situado al noreste de Groenlandia, cerca del archipiélago de Svalbard. El agua cálida viaja hacia el norte por el lado oriental del estrecho, y el agua fría fluye hacia el sur por el lado occidental, proporcionando un acceso dinámico para el transporte de las PFAS. Por ello, Dunn, Lohmann y sus colegas quisieron seguir el movimiento de las PFAS en esta región e identificar cómo la circulación del agua influye en la mezcla de contaminantes en el océano Ártico.
Las PFAS van y vienen entre los océanos Ártico y Atlántico a ritmos aproximadamente iguales. (Imagen: adaptada de Environmental Science & Technology Letters 2024, DOI: 10.1021/acs.estlett.3c00835)
Los investigadores desplegaron sistemas de muestreo pasivo, que captaban las PFAS en una membrana microporosa repleta de sorbentes a medida que el agua fluía. Colocaron los sistemas en tres lugares del estrecho de Fram y en cuatro profundidades en cada lugar. Al cabo de un año, el equipo recuperó los sistemas y midió las PFAS recogidas mediante cromatografía líquida acoplada a la espectrometría de masas. Los investigadores observaron lo siguiente:
Se detectaron diez PFAS en al menos un muestreador pasivo, sin embargo, no se encontró una sustancia que había sido detectada en la zona por equipos de investigación anteriores.
Dos compuestos conocidos, el ácido perfluorooctanoico (PFOA, por sus siglas en inglés) y el sulfonato de perfluorooctano (PFOS, por sus siglas en inglés) los cuales se están eliminando progresivamente, estaban presentes en los niveles más altos. Las PFAS de cadena corta más recientes también estaban habitualmente presentes.
Sorprendentemente, se encontraron varias PFAS en aguas por debajo de aproximadamente un kilómetro de profundidad. El equipo sugiere que estos compuestos podrían haber llegado allí adhiriéndose a partículas a medida que caían al fondo marino.
El equipo calculó las cantidades de PFAS que fluían en cada dirección a través del estrecho de Fram. Los datos mostraron que, en un año, unas 123 toneladas viajaron al océano Ártico y unas 110 toneladas al océano Atlántico. Según los investigadores, estos valores de contaminantes son los más altos registrados en el estrecho, lo que demuestra cuán significativa es la circulación de ida y vuelta de las PFAS en el océano Ártico.
El estudio se titula “Passive Sampler Derived Profiles and Mass Flows of Perfluorinated Alkyl Substances (PFASs) across the Fram Strait in the North Atlantic”. Y se ha publicado en la revista académica Environmental Science & Technology Letters, de la American Chemical Society. (Fuente: American Chemical Society)