Psicología
El papel de las dinorfinas en la superación de un trauma psicológico
Los sentimientos de ansiedad evitan de modo muy eficaz que la gente se meta en situaciones demasiado peligrosas. Quienes han vivido una experiencia terrible inicialmente tienden a evitar el lugar de la tragedia por miedo. Si no se presenta otra situación angustiosa, normalmente los síntomas de miedo disminuyen de manera gradual.
Sin embargo, lo que suaviza los efectos del recuerdo de un suceso terrible no es un simple debilitamiento del recuerdo. De hecho, tiene más de proceso de aprendizaje. Quienes han sufrido un trauma psicológico van asumiendo poco a poco, a través de un proceso de aprendizaje activo, que ya no necesitan sentir miedo, porque el peligro ya ha pasado. En algunos casos, es difícil. Quienes han vivido una guerra, una catástrofe natural, un accidente grave, o han sido tomados como rehenes por criminales, padecen de trastornos crónicos de ansiedad que aún meses después de terminar la experiencia traumática siguen sin menguar.
¿Por qué en algunas personas los eventos terribles están grabados profundamente en su memoria, mientras que otras personas parecen haber dejado de lado por completo cualquier tipo de ansiedad asociada con el suceso después de un tiempo?
El equipo de Henrik Walter, director del área de investigación de la mente y el cerebro en la Clínica Universitaria de Psiquiatría del Hospital Charité de Berlín, Andras Bilkei Gorzo y Andreas Zimmer, estos dos últimos del Instituto de Psiquiatría Molecular en la Universidad de Bonn, también en Alemania, ha demostrado a través de una serie de experimentos que las dinorfinas desempeñan un papel importante en la atenuación de la ansiedad.
Las dinorfinas pertenecen a un grupo de opioides que también incluye, por ejemplo, a las endorfinas. Las dinorfinas amortiguan las emociones fuertes.
El equipo de investigación comprobó el grado de influencia exacto de las dinorfinas sobre el cerebro valiéndose de ratones cuyo gen para la formación de dinorfinas estaba desactivado. También se hicieron experimentos con 33 personas sanas, que fueron divididas en dos grupos: uno con una emisión genéticamente más intensa de dinorfinas y el otro con una menor actividad del gen.
Tanto en los ratones como en las personas, se comprobó que una menor presencia de dinorfinas coincidía con una mayor dificultad en asumir que una situación amenazante ya había desaparecido, y por tanto una mayor ansiedad en presencia del escenario de la experiencia desagradable o de algún elemento característico que le recordase ésta al individuo.
En cambio, con los niveles adecuados de dinorfinas, la ansiedad tras la situación inquietante comenzaba a decrecer más pronto en los individuos.