Climatología y geología
La verdadera influencia de las supererupciones volcánicas sobre el clima
Hace unos 74.000 años, el volcán Toba, en Indonesia, explotó con una fuerza 1.000 veces superior a la de la erupción del Monte Santa Helena en 1980. El misterio es lo que ocurrió después, es decir, hasta qué punto esa explosión extrema pudo haber enfriado la temperatura global de la Tierra.
Los vulcanólogos llevan mucho tiempo especulando sobre cómo el enfriamiento global (a veces denominado "invierno volcánico") posterior a una erupción como la del Toba podría suponer una amenaza para la humanidad. Los estudios anteriores coincidieron en que se produciría un enfriamiento en todo el planeta, pero a la magnitud de dicho enfriamiento le dieron valores muy distintos. Esas estimaciones oscilan entre 2 y 8 grados centígrados.
En un nuevo estudio, un equipo del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA y la Universidad de Columbia en Nueva York, en Estados Unidos ambas instituciones, utilizaron modelos informáticos avanzados para simular supererupciones como la del Toba. Los investigadores descubrieron que el enfriamiento posterior a la erupción probablemente no superaría los 1,5 grados centígrados, incluso en el caso de las explosiones más potentes.
La tripulación de la Estación Espacial Internacional fotografió la erupción del Etna en Sicilia en octubre de 2002. Se registraron precipitaciones de ceniza a más de 500 kilómetros de distancia. Sin embargo, ninguna erupción de los tiempos modernos, ni siquiera esta, puede compararse con una supererupción, una clase de la cual no se ha producido ningún caso desde hace decenas de miles de años. (Foto: NASA)
"Los cambios de temperatura relativamente modestos que hemos obtenido podrían explicar por qué ninguna supererupción volcánica dejó pruebas firmes de catástrofe a escala global", razona Zachary McGraw, del GISS y miembro del equipo de investigación.
En conclusión, el nuevo estudio indica que las partículas procedentes de una erupción volcánica extrema que durante un tiempo flotan en la atmósfera y bloquean la luz solar no harían bajar las temperaturas de la superficie de la Tierra tan gravemente como se ha venido estimando.
El estudio se titula “Severe Global Cooling After Volcanic Super-Eruptions? The Answer Hinges on Unknown Aerosol Size”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Climate. (Fuente: NCYT de Amazings)