Astrofísica y astrogeología
El final de la formación de planetas
El proceso por el que comienza a formarse un planeta se conoce relativamente bien. Pero bastante menos cómo finaliza y de qué modo y cuán rápido el material sobrante desaparece. Una investigación reciente ha permitido averiguar algunos detalles sobre ello.
Los sistemas solares como el nuestro parecen contener más objetos rocosos que astros ricos en gas. Alrededor de nuestro Sol se encuentran los planetas interiores, el cinturón de asteroides y el cinturón de Kuiper. Pero se sabe desde hace tiempo que los discos de formación planetaria comienzan con 100 veces más masa en gas que en sólidos, lo que lleva a una pregunta obvia: ¿cuándo y cómo abandona la mayor parte del gas el disco?
Durante las primeras etapas de la formación de un sistema planetario, los planetas se forman a partir de trocitos muy pequeños en un disco giratorio de gas y polvo diminuto alrededor de la joven estrella.
Concretamente, estos trocitos o partículas se aglutinan y conforman pedazos cada vez más grandes, hasta llegar a la categoría de los planetesimales. Con el tiempo, estos planetesimales chocan unos con otros y se adhieren entre sí, formando finalmente planetas.
El tipo, el tamaño y la ubicación de los planetas que se forman dependen de la cantidad de material disponible y del tiempo que permanezca en el disco. Así pues, el resultado de la formación de planetas depende de la evolución y dispersión del disco.
Un equipo integrado, entre otros, por Naman Bajaj de la Universidad de Arizona y Uma Gorti del Instituto SETI, ambas entidades en Estados Unidos ha detectado, por vez primera, de un antiguo disco de formación planetaria (aún muy joven en relación con el Sol) que está dispersando activamente su contenido gaseoso.
Recreación artística de un disco de formación de planetas perdiendo su gas, que se disipa en el espacio. (Ilustración: Jorge Munnshe para NCYT de Amazings)
El sistema solar en el que se ha detectado esto es el de la estrella T Cha, una estrella joven (en comparación con el Sol) envuelta por un disco en erosión que destaca por su enorme brecha de polvo, de aproximadamente 30 unidades astronómicas de radio.
Se ha determinado que una parte del disco ha perdido en solo 17 años (el tiempo transcurrido desde una observación anterior) una cantidad significativa y medible de su masa. Todo apunta a que el proceso de dispersión del gas sucede muy deprisa; tanto, que podría verse su inicio y su fin en el transcurso de una vida humana.
El estudio se titula "JWST MIRI MRS Observations of T Cha: Discovery of a Spatially Resolved Disk Wind". Y se ha publicado en la revista académica The Astronomical Journal. (Fuente: NCYT de Amazings)