Contaminación
Las problemáticas "sustancias químicas eternas" que van a parar al mar no se quedan allí
Denominadas con frecuencia "sustancias químicas eternas" debido a su gran estabilidad química, las sustancias perfluoroalquiladas y las polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) son un conjunto de unas 12.000 sustancias químicas sintéticas que se han utilizado desde la década de 1940 en utensilios de cocina antiadherentes, maquillajes resistentes al agua, champús, aparatos electrónicos, envases de alimentos y muchos más productos. Contienen un enlace entre átomos de carbono y flúor que bajo las condiciones ambientales más habituales del medio natural de la Tierra no pueden romperse.
Cuando estas sustancias químicas se filtran al medioambiente como consecuencia de la fabricación de los productos que los incluyen en su composición, o de su abandono como parte de desechos o de su uso cotidiano, pasan a formar parte del ciclo del agua de la Tierra. En los últimos 70 años, las PFAS han contaminado prácticamente toda el agua del planeta, y su fuerte enlace entre carbono y flúor les permite transitar por la mayoría de los sistemas de tratamiento del agua sin sufrir daño alguno. Pueden acumularse en los tejidos de las personas y los animales a lo largo del tiempo y causar daños en formas que los científicos apenas están empezando a descubrir. Algunos cánceres y enfermedades de la tiroides, por ejemplo, están asociados a las PFAS.
La creencia común es que las PFAS se escurren desde tierra firme al mar, donde se diluyen en el agua profunda para permanecer allí y dejar de causar problemas fuera. Por desgracia, un equipo encabezado por Bo Sha, de la Universidad de Estocolmo en Suecia, ha demostrado que existe un efecto boomerang, y que algunas de las PFAS tóxicas se transfieren al aire, se transportan a largas distancias y finalmente se depositan de nuevo en tierra firme.
El equipo de investigación ha constatado que las PFAS pasan al aire desde las olas del mar a niveles comparables o superiores a los de otras fuentes, lo que establece un proceso de transporte cíclico de estas "sustancias químicas eternas" entre la tierra y el mar.
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El barco científico Discovery, a bordo del cual se hizo parte de la investigación. (Foto: Bo Sha, Department of Enviromental Science, Stockholm University)
Los experimentos realizados en el océano Atlántico por Bo Sha y Jana Johansson, esta última actualmente en la Universidad de Linköping en Suecia, han mostrado que las concentraciones de PFAS en partículas presentes en el aire superan en más de 100.000 veces las concentraciones existentes en el agua de mar.
El estudio se titula "Constraining global transport of perfluoroalkyl acids on sea spray aerosol using field measurements". Y se ha publicado en la revista académica Science Advances. (Fuente: NCYT de Amazings)


