Astrogeología y astrobiología
Movimientos inesperados en la superficie de una luna de Júpiter
Un análisis detallado de fotografías tomadas por la sonda espacial Juno de la NASA, en órbita a Júpiter desde 2016, ha revelado una serie de cambios intrigantes en puntos de la superficie de Europa, una luna de Júpiter en cuyo subsuelo hay un inmenso mar de agua líquida que podría albergar vida.
El análisis lo ha llevado a cabo un equipo integrado, entre otros, por Candy Hansen, del Instituto de Ciencia Planetaria en Tucson, Arizona, Estados Unidos.
Esas fotografías respaldan la sospecha de que en los polos norte y sur la corteza de hielo que cubre ese océano se ha desplazado.
Otras imágenes revelan señales de una posible ruptura en un punto de dicha corteza, y del ascenso reciente de agua salada a la superficie. Obviamente, poder tomar en la superficie una muestra de esa agua interna reciente brindaría una oportunidad magnífica para detectar vida de ese mar si la hay, sin necesidad de perforar en la corteza de hielo para abrir un pozo por el que hacer descender un submarino robótico hasta el agua líquida de debajo. Poder predecir dónde y cuándo es más probable que se produzcan tales rupturas en la corteza de hielo podría posibilitar enviar una nave para que observase en el sitio y el momento perfectos.
Cerca del ecuador de Europa, la Juno captó, junto con los rasgos topográficos normales, una serie de depresiones de entre 20 y 50 kilómetros de ancho delimitadas por paredes bastante empinadas. Se parecen a otras depresiones captadas anteriormente en fotografías de otras partes del astro.
Señaladas dentro de los recuadros azul y amarillo, están dos de las estructuras investigadas en el nuevo estudio. (Imagen: NASA JPL / Caltech)
Todo esto le otorga más peso a la teoría de que la corteza externa de hielo de Europa básicamente flota con libertad sobre el océano de debajo y se desplaza, al no estar unida al interior rocoso.
Ese desplazamiento genera altos niveles de tensión estructural en la corteza de hielo. Y ello a su vez provoca fracturas en la corteza de hielo siguiendo, en teoría, un patrón predecible. (Fuente: NCYT de Amazings)