Biotecnología y medicina
Biotecnología contra bacterias Campylobacter resistentes a los antibióticos
Unos científicos trabajan hacia el desarrollo de una vacuna oral, de bajo costo y sostenible, que se les suministraría a los pollos destinados al consumo humano para neutralizar la amenaza de la campilobacteriosis, una enfermedad que ocasiona diarrea crónica producida por bacterias Campylobacter que se han vuelto resistentes a los antibióticos. Es una patología de transmisión alimentaria que afecta a la salud por la manipulación y el consumo de este animal contaminado. En menores de cinco años puede ser mortal.
Uriel Miralles es estudiante de la Licenciatura en Biotecnología de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) en la Universidad Nacional de San Luis en Argentina. Él y Jeremías Conrado, mecatrónico de la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional de Córdoba) en Argentina, impulsan BioSpi, un emprendimiento que aspira a ser una empresa dedicada a la biotecnología, con un enfoque innovador en terapias biológicas sostenibles. Ambos se han propuesto resolver una problemática de zoonosis con el desarrollo de una vacuna oral para pollos de granja.
La carne de esta ave es un alimento implicado en las infecciones alimentarias producidas por bacterias Campylobacter. «Cuando hay muchos animales en una cría intensiva se genera una proliferación de enfermedades que luego son transmitidas al ser humano, y ahí es cuando se genera el problema (…) Podemos tener como ejemplo lo que fue la gripe A en 2009 y parte de la COVID-19 recientemente», explicó.
Miralles agregó que, actualmente, para resolver situaciones similares se utilizan agentes antibacterianos que han sido superados por las mismas bacterias, generando mecanismos de resistencia. «Esta resistencia genera un círculo que pone en peligro la salud de las personas (…) Nuestro objetivo es atacar el problema desde la raíz, es decir, inmunizando al animal contra la bacteria (…) El propósito es combatir la enfermedad campilobacteriosis», explicó.
Uriel Miralles. (Foto: Prensa Institucional UNSL)
La espirulina como vehículo de inoculación
La espirulina es una microalga capaz de producir biomoléculas. Esto significa que tiene la capacidad de sintetizar moléculas específicas contra diversos patógenos. «Con la ayuda de la biología sintética, apuntamos a potenciar esa característica especial y hacemos que la espirulina pueda personalizarse para atacar esta enfermedad».
La vacuna oral tendría la forma de una pastilla, creada con la microalga biológicamente sintetizada con moléculas que atacarían directamente a la bacteria que desencadena la campilobacteriosis. «Nos encontramos en el transcurso inicial del desarrollo que implica un modelado computacional (…) En los próximos meses vamos a sentar el foco en la validación de la tecnología como tal», dijo Uriel.
Una de las ventajas de esta tecnología es que, así como se podría llevar un antígeno contra bacterias Campylobacter, el mismo vehículo de inoculación podría llevar un antígeno contra la Salmonella u otras bacterias que desencadenan diferentes enfermedades infecciosas y que provienen de la cría intensiva de animales. «A futuro podríamos ofrecer esta vacuna para tratar otras bacterias en otros animales como vacas y cerdos», concluyó. (Fuente: Fabiola Gisel Aranda / Universidad Nacional de San Luis / Argentina Investiga)