Conducta animal
¿Los lloros humanos angustian más a los perros que a otros animales domésticos?
¿A los perros les afecta más el llanto humano que a otros animales que conviven con personas? Un nuevo estudio ha explorado la cuestión, en este caso comparando las reacciones de perros domésticos con las de minicerdos, una clase de cerdos con pequeño tamaño corporal que en los últimos tiempos se han vuelto muy populares como animales de compañía en algunos países.
La investigación la han llevado a cabo Fanni Lehoczki, Paula Pérez Fraga y Attila Andics, todos de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, Hungría.
Los animales de compañía investigados eran de distintas partes del mundo.
En las pruebas, se empleó el llanto humano (señal típicamente delatadora de tristeza, dolor, miedo y otras emociones negativas) y otro tipo de sonido humano vocal, emocionalmente neutro, inusual y no hablado.
Se comprobó que tanto los perros como los cerdos captaban la diferencia entre el llanto y el otro sonido humano. Sin embargo, sus reacciones ante cada clase de sonido fueron distintas.
A los perros claramente les angustiaba oír llorar a personas. Su reacción indicaba que su estado emocional se sintonizaba con el contenido emocional de las vocalizaciones que oían, lo que indica que se producía el fenómeno psicológico conocido como “contagio emocional”.
En cambio, los cerdos mostraban más conductas de estrés cuando se exponían al otro sonido humano, emocionalmente neutro, pero extraño.
En el nuevo estudio, se ha comprobado que los lloros humanos angustian más a los perros que a los minicerdos. (Foto: Oszkár Dániel Gáti)
Los resultados del estudio sugieren que la domesticación del perro, con la selección de perros para que convivieran con sus dueños humanos del modo más idóneo para estos y para que entendieran lo mejor posible los deseos de sus dueños, seguramente fue un factor decisivo que con el paso de los milenios ha conducido a la situación actual en que el perro experimenta el contagio del estado de ánimo de los humanos de su entorno, a partir de los sonidos que estos emiten.
A eso también ha ayudado seguramente el hecho de que algunos sonidos emocionales humanos, ajenos al lenguaje y anteriores a este, como el llanto, se han mantenido igual a lo largo de las decenas de miles de años transcurridos desde la domesticación de los primeros perros. Dicho en pocas palabras, se lloraba igual en la prehistoria que ahora. Otro factor que muy probablemente también ha ayudado es que el lloro del ser humano guarda bastante parecido con los sonidos que emiten los perros y algunos otros animales superiores cuando sienten dolor, miedo, u otras emociones negativas. En otras palabras, de igual modo que reconocemos el llanto en los perros por su sonido, estos también lo reconocen en los seres humanos.
El estudio se titula “Family pigs’ and dogs’ reactions to human emotional vocalizations: a citizen science study”. Y se ha publicado en la revista académica Animal Behaviour. (Fuente: NCYT de Amazings)