Historia de la astronáutica
60 años de la primera nave que fotografió de cerca la superficie lunar
Varios años antes de que los astronautas del programa Apolo pisaran la Luna, aún quedaba mucho por saber sobre la superficie lunar. Aunque la mayoría de los científicos creían que la Luna tenía una superficie sólida y robusta que soportaría el peso de los astronautas y sus naves de aterrizaje sin hundirse, algunos creían que estaba cubierta por una profunda capa de polvo que se tragaría a cualquier visitante.
Hasta 1964, no existían fotografías de la superficie lunar tomadas de muy cerca, solo las obtenidas por telescopios terrestres y las imágenes granuladas de baja resolución de la cara oculta de la Luna, obtenidas en 1959 por la sonda espacial soviética Luna 3.
El 28 de julio de 1964, la sonda espacial Ranger 7 despegó de la Tierra con rumbo hacia la Luna y, tres días más tarde, envió no solo las primeras imágenes de la Luna tomadas por una nave espacial estadounidense, sino también las primeras fotografías tomadas de cerca y con alta resolución de la superficie lunar. La misión marcó un punto de inflexión en el programa de exploración lunar estadounidense, acercando al país un paso más a un alunizaje de astronautas.
El programa Ranger, de la NASA, se inició en 1960. Constaba de tres fases, cada una de ellas con un diseño específico, de complejidad creciente.
La primera fase del programa, denominada "Bloque I" (“Block I”), pretendía poner a prueba el vehículo de lanzamiento Atlas-Agena colocando una Ranger en una órbita terrestre muy elíptica en la que pudiera probarse debidamente su equipamiento.
La segunda fase, denominada "Bloque II" (“Block II”), debía basarse en las enseñanzas obtenidas del Bloque I para enviar tres sondas espaciales a la Luna con el fin de captar imágenes y recolectar otros datos, transmitiendo todo esto a la Tierra. Cada Ranger del Bloque II llevaba una cámara de televisión para captar imágenes, un espectrómetro de rayos gamma para estudiar los minerales de las rocas y la tierra lunares, y un radar altímetro para estudiar la topografía lunar. Estas naves espaciales llevaban una cápsula, envuelta en madera de balsa para protegerla del muy violento aterrizaje, que contenía un sismómetro y un transmisor que podrían funcionar hasta 30 días después de caer sobre la superficie lunar.
La fase final, el "Bloque III" (“Block III”), consistía en cuatro sondas espaciales que llevaban cada una un sistema de captación de imágenes de alta resolución formado por seis cámaras de televisión con capacidades de gran angular y angular estrecho. Podían tomar 300 fotografías por minuto.
Las Ranger del Bloque I y las del II tuvieron poco éxito…
Ni la Ranger 1 ni la 2 abandonaron la órbita terrestre baja debido a problemas con los propulsores.
La Ranger 3, la primera nave del Bloque II, no llegó a la Luna por 35.000 kilómetros y siguió volando hasta entrar en una órbita alrededor del Sol, sin transmitir ninguna fotografía pero realizando las primeras mediciones del flujo interplanetario de rayos gamma.
La Ranger 4 tuvo el mérito de ser la primera nave espacial estadounidense en impactar contra la Luna, y en su cara oculta. Pero debido a un fallo eléctrico en su ordenador central no pudo enviar ninguna imagen o dato.
La Ranger 5 no llegó a la Luna por unos 725 kilómetros, pero tampoco pudo enviar imágenes debido a un fallo eléctrico y entró en órbita alrededor del Sol.
Ninguna de las Ranger del Bloque II pudo depositar en la superficie de la Luna sus cápsulas portadoras de sismómetros del modo necesario para que funcionasen.
La Ranger 6, la primera del Bloque III, impactó con éxito en la Luna en enero de 1964, pero su sistema de televisión no transmitió ninguna imagen debido a un cortocircuito.
La NASA retrasó la siguiente misión hasta que una investigación exhaustiva identificó el origen del problema y los ingenieros aplicaron las medidas correctoras. Todas las esperanzas estaban ahora depositadas en la Ranger 7 para conseguir el primer éxito total del programa.
El 28 de julio de 1964, la Ranger 7 despegó de Cabo Cañaveral, Florida. El cohete Atlas-Agena puso primero la nave en órbita terrestre antes de enviarla en trayectoria lunar.
Al día siguiente, la Ranger 7 realizó con éxito una corrección de rumbo y el 31 de julio llegó a la Luna.
Esta vez, las cámaras de la nave hicieron su trabajo debidamente.
Durante sus últimos 17 minutos de vuelo, la nave envió 4.308 imágenes de la superficie lunar. La última imagen, tomada 2,3 segundos antes del impacto de la Ranger 7 contra suelo lunar a 2,6 kilómetros por segundo, tenía una resolución de 38 centímetros.
La zona en la que impactó la nave está situada entre el Mare Nubium y el Oceanus Procellarum.
La Ranger 7 siendo montada en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. (Foto: NASA JPL / Caltech)
A la Ranger 7 la siguieron otras dos.
La Ranger 8 obtuvo más de 7.000 imágenes de la Luna.
La NASA retransmitió "en directo" las imágenes del cráter Alphonsus y sus alrededores captadas por la Ranger 9 a medida que la nave se acercaba a su lugar de impacto en el cráter, lo que permitió a millones de personas ver la Luna de cerca en aquel momento.
Basándose en las fotografías enviadas por las tres últimas sondas Ranger, los científicos de la NASA se sintieron seguros para pasar a la siguiente fase de la exploración lunar robótica, la de las sondas espaciales Surveyor, diseñadas para aterrizar suavemente en la superficie lunar. Las fotografías del programa Ranger proporcionaron la confianza definitiva en que la superficie lunar podría sostener las patas de las naves que se posaran en ella, sin hundirse.
Poco menos de cinco años después de que la Ranger 7 enviase sus históricas imágenes, la Apolo 11 transportó por vez primera seres humanos a la superficie de la Luna. (Fuente: NCYT de Amazings)