Biología
Señal química que prepara a células inmunitarias para especializarse en defender un territorio
Se ha conseguido identificar la señal molecular que activa el desarrollo de ciertas células inmunitarias que patrullan por la piel y el de otras que patrullan por el cerebro.
Tanto las células inmunitarias que protegen la piel, llamadas células de Langerhans, como las que protegen el cerebro, conocidas como células microgliales, tienen características especiales que las hacen ser mejores defensoras de sus respectivos territorios que de otras zonas del cuerpo.
Un equipo de científicos de la Escuela de medicina en la Universidad Washington en San Luis, Misuri, Estados Unidos, ha constatado que esas dos clases de células sólo adquieren sus características especiales después de enlazarse a una molécula del sistema inmunitario conocida como IL-34.
El equipo de Marco Colonna y Yaming Wang ha constatado que la IL-34 es un factor de crecimiento esencial para la diferenciación de las células de Langerhans y las células microgliales durante el desarrollo embrionario. Los investigadores también han mostrado que algunos de los mayores productores de IL-34 son las neuronas y las células de la piel conocidas como queratinocitos.
Lo descubierto ayudará a conocer mejor cómo las células de Langerhans y las células microgliales ofrecen protección contra la infección, y qué papeles tienen en las enfermedades autoinmunes.
Debido a que la mayoría de las células inmunitarias normalmente no puede entrar en el cerebro, las células microgliales están adaptadas para realizar varias funciones que normalmente son realizadas por varios tipos diferentes de células inmunitarias. Las células de Langerhans tienen adaptaciones que las ayudan a hacer que el sistema inmunitario se percate de que hay una infección penetrando por la piel.
Tanto las células de Langerhans como las células microgliales comienzan su vida como células madre inmunitarias. Los científicos ya habían identificado un receptor expresado en esas células y una molécula inmunitaria que se enlaza al receptor, haciendo que las células madre se conviertan en macrófagos, un tipo común de célula inmunitaria. Posteriormente, se averiguó que otra molécula inmunitaria, la ya citada IL-34, también se enlaza al mismo receptor. Esta redundancia hizo que Colonna y sus colegas sospecharan que la IL-34 podía estar haciendo algo distinto, y les llevó a realizar el nuevo estudio, con los resultados expuestos.