Geología
Laurasia y Gondwana: Los supercontinentes que moldearon la historia de la Tierra
La historia de la Tierra es un relato de constante cambio geológico, y uno de los capítulos más fascinantes se centra en la existencia de dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana. Estos gigantescos bloques de tierra, que dominaron el planeta durante el Paleozoico y Mesozoico, desempeñaron un papel crucial en la configuración de los continentes actuales.
¿Qué fueron Laurasia y Gondwana?
Laurasia y Gondwana fueron dos supercontinentes que existieron después de la fragmentación de Pangea, el supercontinente original que unía todas las masas de tierra del planeta hace aproximadamente 335 millones de años.
· Laurasia: Incluía lo que hoy conocemos como América del Norte, Europa, y Asia (excepto India). Este supercontinente se encontraba en el hemisferio norte y jugó un papel clave en la evolución de muchas especies, incluidas las primeras aves y mamíferos.
· Gondwana: Comprendía lo que ahora son América del Sur, África, la Antártida, Australia, el subcontinente indio y la península arábiga. Situado en el hemisferio sur, Gondwana fue el hogar de una diversa gama de flora y fauna, incluyendo los primeros dinosaurios y reptiles marinos.
Origen y evolución de Laurasia y Gondwana
La formación de Pangea
Hace aproximadamente 335 millones de años, las placas tectónicas de la Tierra comenzaron a moverse lentamente, empujando todas las masas continentales hacia un punto central, formando el supercontinente Pangea. Este proceso unió todas las tierras emergidas en una sola masa, rodeada por un vasto océano llamado Panthalassa.
![[Img #73647]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/08_2024/9687_laurasia-gondwana.jpg)
(Foto: Wikimedia Commons)
La fragmentación de Pangea
Hace alrededor de 200 millones de años, durante el período Jurásico, Pangea comenzó a fracturarse debido a la actividad tectónica. Este proceso de ruptura dio lugar a dos grandes supercontinentes: Laurasia al norte y Gondwana al sur. La separación de Pangea marcó el inicio de la formación de los continentes modernos y tuvo un profundo impacto en el clima, los océanos y la vida en la Tierra.
El destino de Laurasia y Gondwana
Con el tiempo, Laurasia y Gondwana también comenzaron a fragmentarse debido al movimiento continuo de las placas tectónicas.
· Laurasia: Se dividió en lo que se convertiría en América del Norte, Europa y Asia. La apertura del Océano Atlántico separó América del Norte de Europa, mientras que Asia se desplazó hacia el este.
· Gondwana: La separación de Gondwana fue más compleja. América del Sur se separó de África, creando el Atlántico Sur; Australia y la Antártida se separaron entre sí, y el subcontinente indio comenzó su viaje hacia el norte, colisionando con Asia para formar la cordillera del Himalaya.
La influencia de Laurasia y Gondwana en la biodiversidad
La fragmentación de Laurasia y Gondwana no solo moldeó los continentes, sino que también tuvo un profundo impacto en la biodiversidad del planeta. La separación de estas grandes masas de tierra creó barreras geográficas que llevaron a la divergencia evolutiva.
· Laurasia: En este supercontinente, las primeras aves y mamíferos comenzaron a diversificarse. Los continentes fragmentados de Laurasia dieron lugar a climas variados, desde tundras en el norte hasta bosques templados en Europa y Asia, lo que promovió la evolución de diferentes especies adaptadas a estas condiciones.
· Gondwana: En Gondwana, el aislamiento de sus fragmentos permitió la evolución de fauna única en cada continente. Por ejemplo, en Australia, los marsupiales dominaron debido a la falta de competencia con los mamíferos placentarios, que evolucionaron en otras partes del mundo. En América del Sur, la diversidad de plantas y animales también fue influenciada por su aislamiento prolongado antes de la formación del Istmo de Panamá.
Impacto geológico y legado de Laurasia y Gondwana
La separación de Laurasia y Gondwana no solo dio forma a los continentes, sino que también influyó en la formación de montañas, océanos y otros fenómenos geológicos. La colisión de India con Asia, por ejemplo, no solo creó el Himalaya, sino que también alteró los patrones climáticos globales. La apertura del Atlántico también cambió la circulación oceánica, afectando el clima y las corrientes marinas.
El legado de Laurasia y Gondwana continúa siendo visible en la distribución de fósiles y especies vivas. Los patrones de distribución de plantas y animales actuales aún reflejan las conexiones ancestrales entre los continentes. Además, el estudio de estos supercontinentes ha proporcionado valiosa información sobre el pasado geológico de la Tierra, ayudando a los científicos a comprender mejor los procesos que continúan dando forma a nuestro planeta.



