Artículo de Alfonso M. Corral, en ¡Cuánta Ciencia!, que recomendamos por su interés.
Cuando me preguntan por el futuro mercado laboral para los biólogos, siempre digo que gracias a la evolución, seguirán siendo necesarios los que se dedican a los antibióticos. Por muy buenos que sean los antibióticos que tenemos, aparecerán resistencias y se necesitarán otros nuevos. Pero se me suele olvidar otro campo muy similar con las mismas perspectivas de futuro: el de las vacunas.
Las vacunas consiguen que nuestro organismo genere anticuerpos contra alguna proteína del agente patógeno. Y son estos anticuerpos los que se encargan de eliminarlo o, al menos, debilitarlo. Pero todos los seres vivos evolucionamos y tanto virus, como bacterias y protozoos, tienen la posibilidad de sufrir mutaciones en estas proteínas que son atacadas por los anticuerpos. Tras esos cambios la vacuna deja de funcionar.
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