Medicina
Terapias médicas con electricidad
La electricidad ha desempeñado un papel crucial en el avance de la medicina moderna, desde los primeros experimentos con corriente eléctrica hasta las innovadoras terapias actuales. Hoy en día, la electricidad se utiliza en una amplia variedad de tratamientos médicos que van desde el alivio del dolor crónico hasta la regeneración de tejidos.
¿Qué son las terapias eléctricas?
Las terapias eléctricas son tratamientos médicos que utilizan corrientes eléctricas controladas para influir en el funcionamiento del cuerpo humano. Estos impulsos eléctricos pueden estimular músculos, nervios y células, logrando efectos terapéuticos que ayudan a aliviar síntomas o tratar enfermedades. A diferencia de otros tratamientos médicos más invasivos, las terapias eléctricas suelen ser mínimamente invasivas y, en muchos casos, se pueden realizar de manera ambulatoria.
Tipos de terapias médicas con electricidad
Existen varias formas de terapias médicas que emplean electricidad, cada una con sus propias aplicaciones y beneficios. A continuación, destacamos algunas de las más utilizadas y efectivas en la actualidad.
1. Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, o TENS por sus siglas en inglés, es una de las terapias más comunes para el manejo del dolor. Esta técnica utiliza pequeñas corrientes eléctricas que se aplican a través de electrodos colocados sobre la piel. Los impulsos eléctricos viajan a través de los nervios y pueden bloquear las señales de dolor que se envían al cerebro.
El TENS es especialmente efectivo para tratar el dolor crónico asociado con afecciones como la artritis, el dolor de espalda o las lesiones deportivas. Además de bloquear las señales de dolor, se cree que la estimulación eléctrica también estimula la producción de endorfinas, que son los analgésicos naturales del cuerpo.
(Foto: Wikimedia Commons)
2. Estimulación cerebral profunda (DBS)
La estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés) es una terapia avanzada utilizada principalmente para tratar trastornos neurológicos como el Parkinson, la epilepsia y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En este procedimiento, se implantan electrodos en áreas específicas del cerebro que están relacionadas con el control del movimiento o la regulación de emociones.
Estos electrodos emiten pulsos eléctricos que regulan la actividad neuronal, lo que ayuda a controlar los síntomas de las enfermedades. En pacientes con Parkinson, por ejemplo, la DBS puede reducir significativamente los temblores y mejorar la calidad de vida. Aunque es un procedimiento invasivo, ha demostrado ser altamente eficaz en casos en los que los medicamentos no son suficientes.
3. Estimulación eléctrica funcional (FES)
La estimulación eléctrica funcional (FES) es una técnica utilizada en la rehabilitación de pacientes con parálisis o pérdida de función muscular. Mediante el uso de corrientes eléctricas aplicadas a los músculos afectados, la FES puede ayudar a restaurar el movimiento en personas que han sufrido lesiones en la médula espinal, derrames cerebrales o traumatismos.
Esta terapia se basa en el principio de que los impulsos eléctricos pueden activar los músculos, incluso cuando el sistema nervioso central ha perdido la capacidad de hacerlo. En pacientes con parálisis, la FES se utiliza para ayudarles a recuperar movimientos básicos, como caminar o levantar objetos.
4. Cardioversión y desfibrilación
En el ámbito de la cardiología, la electricidad se utiliza para restablecer el ritmo cardíaco en pacientes que experimentan arritmias o paros cardíacos. La cardioversión es un procedimiento en el que se aplica una descarga eléctrica controlada al corazón para corregir un ritmo cardíaco anormal, como la fibrilación auricular.
La desfibrilación, por otro lado, es un procedimiento de emergencia en el que se administra una descarga eléctrica fuerte al corazón para interrumpir la fibrilación ventricular, una arritmia que puede ser fatal si no se trata de inmediato. Los desfibriladores, tanto los automáticos (DEA) como los implantables (CDI), son dispositivos que salvan vidas al restaurar el ritmo cardíaco normal mediante descargas eléctricas.
5. Electroterapia de baja frecuencia
La electroterapia de baja frecuencia se utiliza para tratar una amplia gama de dolencias musculoesqueléticas, como el dolor de espalda, la ciática y la tendinitis. Esta terapia emplea corrientes eléctricas de baja intensidad para estimular los músculos y los nervios, lo que ayuda a aliviar el dolor y a promover la curación de tejidos dañados.
En fisioterapia, la electroterapia de baja frecuencia es comúnmente utilizada para acelerar la recuperación de lesiones deportivas o cirugías, y también puede mejorar la circulación sanguínea en la zona afectada, lo que favorece la regeneración de los tejidos.
6. Terapia con campos eléctricos alternos (TTFields)
La terapia con campos eléctricos alternos (TTFields) es una terapia relativamente nueva que se utiliza para tratar ciertos tipos de cáncer, como el glioblastoma multiforme (GBM), un tumor cerebral agresivo. En esta terapia, se aplican campos eléctricos alternos a través del cuero cabelludo del paciente, interfiriendo con la división celular de las células cancerosas.
La interferencia de los campos eléctricos ralentiza la proliferación de las células tumorales, lo que puede frenar el crecimiento del tumor. Aunque todavía es una técnica en desarrollo, la TTFields ha mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos y está ganando popularidad como una opción de tratamiento complementario para el cáncer.
Beneficios y riesgos de las terapias eléctricas
Las terapias médicas que emplean electricidad ofrecen numerosos beneficios, entre ellos:
- Menor invasividad: Muchas terapias eléctricas son no invasivas o mínimamente invasivas, lo que reduce los riesgos asociados con cirugías tradicionales.
- Control del dolor: Las técnicas como el TENS y la electroterapia de baja frecuencia son eficaces en el manejo del dolor crónico sin necesidad de medicamentos.
- Recuperación funcional: En casos de parálisis o daño neuromuscular, la estimulación eléctrica puede restaurar funciones motoras y mejorar la calidad de vida.
- Tratamientos personalizados: Los dispositivos eléctricos pueden ajustarse a las necesidades específicas del paciente, lo que permite terapias más personalizadas.
Sin embargo, como cualquier tratamiento médico, también existen riesgos. Algunas personas pueden experimentar irritación en la piel, contracciones musculares dolorosas o infecciones en el sitio de los electrodos implantados. Además, no todos los pacientes responden de la misma manera a estos tratamientos, y algunos pueden no ser aptos para ellos, como aquellos con marcapasos u otros dispositivos médicos implantados.