Entomología
Los genes responsables de la sociabilidad de los insectos sociales
A fin de entender la evolución de sociedades complejas, los científicos están secuenciando los genomas de insectos sociales. Los datos más recientes provienen de varias especies de hormigas, incluida la hormiga roja Pogonomyrmex barbatus.
Un equipo, dirigido por Juergen Gadau de la Universidad Estatal de Arizona, secuenció uno de los genomas y ha identificado los genes que podrían ser los responsables de definir cuáles de las hormigas se dedicarán a trabajar y cuáles a reproducirse, en una colonia de Pogonomyrmex barbatus.
Los científicos creen que la división entre el trabajo y la reproducción es una característica crucial para la evolución de la estructura social. Poder examinar a fondo múltiples genomas sociales que evolucionaron independientemente ayuda a los científicos a conocer mejor qué genes están implicados en rasgos sociales cruciales, porque tales genes deben por fuerza haberse conservado a lo largo de millones de años.
Además de la especialización de funciones dentro de una colonia, los investigadores sostienen que el desarrollo de métodos para comunicar información es otro aspecto clave de la eusociabilidad, la forma extrema de comportamiento social exhibida por ciertas abejas, termitas y hormigas.
Los resultados del estudio de Gadau revelan que, en comparación con los genomas de otros insectos, el de la Pogonomyrmex barbatus tiene muchos más genes asociados con el sentido del olfato, así como con la detección y el metabolismo de gestión de señales químicas. Esto concuerda con el hecho de que las hormigas utilizan señales químicas para comunicarse.
El equipo ha encontrado también evidencias de diferencias en genes relacionados con la división entre el trabajo y la reproducción. En este caso, los genes responsables del desarrollo de alas y ovarios, rasgos específicos de los distintos papeles que los individuos pueden tener en una colonia de hormigas Pogonomyrmex barbatus, parecen mostrar algunas diferencias significativas.
Según los investigadores, el hallazgo implica que, a pesar de que los genes están presentes tanto en las hormigas obreras como en la reina, el cuándo y dónde se expresarán está altamente regulado, y además esto se hereda de una generación a otra.