Salud
La geofagia: El extraño hábito de comer tierra
La geofagia, el acto de ingerir tierra o arcilla, es una práctica que puede parecer extraña en la actualidad. Sin embargo, esta conducta ha existido a lo largo de la historia humana y sigue presente en diversas culturas del mundo. Lejos de ser simplemente una costumbre peculiar, la geofagia ofrece un campo de estudio fascinante para los científicos, al implicar aspectos biológicos, culturales y médicos.
Orígenes Históricos y Culturales de la Geofagia
La geofagia no es exclusiva de la era moderna. Los registros históricos muestran evidencias de su práctica en la antigua Grecia, el Egipto faraónico e incluso entre los pueblos indígenas de América y África. Se ha documentado su uso en rituales, durante periodos de hambre extrema o como parte de creencias religiosas y espirituales.
En algunas culturas, ingerir tierra o arcilla sigue siendo común. Por ejemplo, en ciertas regiones de África y América Latina, las mujeres embarazadas consumen arcilla bajo la creencia de que proporciona nutrientes esenciales y alivia náuseas matutinas.
Razones Biológicas y Nutricionales
Desde un punto de vista biológico, la geofagia está relacionada con el concepto de pica, un trastorno alimentario caracterizado por el deseo de consumir sustancias no nutritivas, como tierra, tiza o hielo. En muchas ocasiones, la geofagia está vinculada a deficiencias de minerales, como el hierro, zinc o calcio. La arcilla, especialmente la bentonita, puede actuar como un suplemento natural para cubrir estas carencias.
Un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition sugiere que la arcilla tiene la capacidad de adsorber toxinas y patógenos intestinales, lo que podría explicar su consumo en algunas culturas como un mecanismo de defensa ante infecciones o intoxicaciones.
![[Img #74646]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/12_2024/465_579px-parrots_at_a_clay_lick_-tambopata_national_reserve_peru-8c.jpg)
(Foto: Brian Ralphs/Wikimedia Commons)
Geofagia en la Medicina: Beneficios y Riesgos
Si bien la geofagia puede tener beneficios, como la absorción de toxinas, su práctica no está exenta de riesgos. La ingesta prolongada de tierra contaminada puede provocar:
-Infecciones parasitarias: La tierra puede contener huevos de parásitos como lombrices intestinales.
-Bloqueos intestinales: La acumulación de tierra en el sistema digestivo puede generar obstrucciones graves.
-Toxicidad: Algunas tierras contienen metales pesados como plomo o mercurio, que son perjudiciales para la salud.
Por otro lado, el uso de arcillas purificadas en la medicina alternativa está ganando popularidad. Productos como la arcilla bentonita se comercializan como suplementos detoxificantes, con supuestos beneficios para la piel, el sistema digestivo y la eliminación de metales pesados.
Geofagia en Animales: Un Comportamiento Natural
La geofagia no es exclusiva de los humanos. Diversas especies animales, como elefantes, loros y monos, también ingieren tierra de forma habitual. Los científicos creen que este comportamiento cumple funciones similares: la obtención de minerales y la neutralización de toxinas presentes en su dieta.
En un estudio llevado a cabo en el Amazonas, loros de diversas especies fueron observados consumiendo tierra rica en arcilla para protegerse de los alcaloides tóxicos presentes en ciertas semillas que forman parte de su dieta.
Investigaciones Actuales y Perspectivas Futuras
La ciencia continúa investigando la geofagia con un enfoque multidisciplinario. Proyectos recientes exploran cómo la ingestión de arcillas purificadas podría tener aplicaciones en la nutrición humana, en el tratamiento de diarreas crónicas y como complemento en la salud intestinal.
En contraste, los profesionales de la salud advierten que es fundamental distinguir entre la geofagia cultural y la patológica. En casos de deficiencias minerales, los pacientes deben buscar tratamiento médico adecuado y no recurrir al consumo de tierra sin control, ya que los riesgos pueden superar a los beneficios.



