Biología
Nuevo caso de escultura viviente
En lo que se está perfilando como una mezcla fascinante pero también inquietante de arte y ciencia, un artista trabajando con científicos de la Universidad de Liverpool en el Reino Unido ha creado una nueva escultura biológica, que él y sus colaboradores describen como "un balón viviente de fútbol".
Este tipo naciente de arte, por su peculiar naturaleza, puede despertar el recelo por motivos religiosos o éticos en algunos sectores de la población, aunque también sirve de campo de pruebas para ensayar nuevas tecnologías de construcción de estructuras biológicas, potencialmente utilizables en el ámbito médico.
La estructura presentada como el primer balón viviente de fútbol, fabricado a base de células de vejiga de cerdo, es obra del artista experimental John O’Shea, quien trabajó con el profesor John Hunt durante más de dos años para crear la pelota, la cual fue inspirada por algunos de los más antiguos balones de fútbol, hechos de vejigas de cerdos.
John O’Shea comenzó por pasar seis meses aprendiendo a manejar y a mantener poblaciones de células en el laboratorio. El equipo llevó a cabo diversos experimentos para dar con el mejor modo de llevar a cabo el proceso de hacer crecer el balón. El proceso abarca desde la fase de obtener las células animales, hasta la de fabricar los materiales idóneos para el andamio celular, a fin de que éste resulte el mejor escenario posible para lograr que el tejido viviente adopte la forma de una pelota de fútbol.
Los balones de fútbol han sido fabricados con materiales muy diversos a lo largo de la historia y dependiendo del lugar geográfico. Los relatos que O’Shea escuchó tiempo atrás, sobre cómo algunas personas se fabricaban balones de fútbol a partir de vejigas de cerdo, le fascinó, sobre todo teniendo en cuenta que las pelotas típicas de fútbol son hoy en día cien por cien sintéticas.
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