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Redacción
Martes, 14 de Enero de 2025
Psicología

La influencia del estilo de vida en las emociones

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Cuando hablamos de estilo de vida, nos referimos a todo aquello que hacemos en nuestro día a día: desde lo que comemos hasta cuánto nos movemos o cómo dormimos. Lo interesante, como explica Francisco Hidalgo Díaz, estas elecciones afectan nuestra salud física y tienen un peso enorme en nuestras emociones.

 

Cuidar el cuerpo y la mente no son tareas separadas; van de la mano”, comenta. Por ejemplo, mantener una alimentación adecuada, moverte un poco más y dormir lo suficiente pueden equilibrar neurotransmisores como la serotonina o la dopamina. Estos químicos son como los pequeños mensajeros de nuestro cerebro, encargados de regular cómo nos sentimos.

 

Lo que comes se refleja en tu estado de ánimo

 

Seguramente has escuchado la frase “somos lo que comemos”, pero ¿sabías que también sentimos lo que comemos? Nuestra dieta juega un papel clave en la regulación de las emociones.

 

Los alimentos ricos en nutrientes esenciales como el omega-3, las vitaminas del complejo B y los antioxidantes ayudan a que nuestro cerebro produzca sustancias como la serotonina, conocida por su efecto positivo en el ánimo.

 

Un intestino sano es sinónimo de una mente sana”, señala Avannza Psicólogos. Esto se debe a que gran parte de la serotonina se produce en el intestino, y los alimentos ricos en probióticos como el yogur, ayudan a mantener esa producción en equilibrio.

 

Por el contrario, los alimentos ultra procesados y con alto contenido de azúcares pueden generar altibajos emocionales. Si alguna vez te has sentido irritable o ansioso después de un atracón de comida chatarra, ya sabes por qué.

 

Moverse es bienestar emocional

 

Si bien muchas personas asocian la actividad física con la pérdida de peso o la mejora de la condición física, su impacto emocional es igual de importante. Cuando hacemos ejercicio, incluso algo tan sencillo como caminar, nuestro cerebro libera endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad. Estas sustancias generan una sensación de bienestar que puede durar varias horas.

 

Además, el movimiento estimula la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse y crear nuevas conexiones neuronales. Esto es fundamental para lidiar mejor con el estrés y adaptarnos a los cambios de la vida. “No hace falta matarse en el gimnasio”, dice Francisco Hidalgo Díaz. “Con 30 minutos de caminata al día ya puedes notar una gran diferencia”.

 

El sueño es el guardián silencioso de tus emociones

 

Dormir bien no solo es placentero; es vital para mantenernos emocionalmente equilibrados. Durante el sueño, el cerebro realiza tareas esenciales, como organizar los recuerdos, reparar tejidos y regular las hormonas.

 

Por eso, cuando no dormimos lo suficiente, estas funciones se ven afectadas, lo que puede hacer que nos sintamos más irritables, ansiosos o incluso tristes. Desde Avannza Psicólogos, nos recuerdan que la calidad del sueño es tan importante como la cantidad.

 

Ten presente que dormir entre 7 y 9 horas no sirve de mucho si estás constantemente despertándote o si no logras relajarte antes de ir a la cama. De ahí la importancia de crear una rutina nocturna que incluya apagar dispositivos electrónicos, evitar el café en las últimas horas del día y practicar técnicas de relajación puede marcar la diferencia.

 

Además, la privación de sueño no solo afecta el estado de ánimo, sino también la capacidad de tomar decisiones y manejar el estrés. Por eso, priorizar el descanso debe ser una parte fundamental de cualquier plan de autocuidado.

 

Un enfoque sencillo pero poderoso

 

Como explica Francisco Hidalgo Díaz, no se trata de hacer cambios radicales en tu estilo de vida, sino de adoptar pequeños hábitos que sumen al bienestar. Por ejemplo, incorporar más alimentos frescos, dedicar unos minutos al día al ejercicio o cuidar tu rutina de sueño puede transformar tu salud física y tu estabilidad emocional.

 

Al final del día, cada decisión cuenta. Así que la próxima vez que te sientas emocionalmente abrumado, detente un momento y reflexiona: ¿qué podrías ajustar en tu alimentación, actividad física o descanso para ayudarte a sentirte mejor? Porque, como bien dice el equipo de Avannza Psicólogos, “tu bienestar está en tus manos, un paso a la vez”.

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