Astronáutica
Protección contra el peligroso polvo lunar
A diferencia de las partículas de polvo de la Tierra, las del polvo de la superficie lunar son afiladas y abrasivas, como diminutos fragmentos de cristal, porque ese polvo no ha estado expuesto a la erosión ambiental que en la Tierra ejercen fuerzas como por ejemplo la acción del agua. El simple roce del polvo lunar sobre las superficies puede acarrear problemas, ya que también está muy cargado electrostáticamente y, debido a las peculiaridades del polvo lunar, dicha carga no se elimina fácilmente.
Por tanto, aunque el polvo lunar puede ser una preocupación menor para la mayoría de la gente en la Tierra, para los astronautas y las naves espaciales con destino a la Luna es un peligro importante que debe mitigarse. Por eso, unos científicos del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida están buscando formas innovadoras de repeler el polvo lunar.
Aquí entra una tecnología conocida como EDS, por las siglas en inglés de Electrodynamic Dust Shield, que se refiere a un escudo electrodinámico antipolvo.
La tecnología EDS se empleará en la Luna como parte del programa Artemis de la NASA.
Está previsto demostrarla pronto en la superficie lunar, donde utilizará fuerzas eléctricas para levantar y retirar el polvo lunar de diversas superficies, dejándolas así limpias de esa suciedad.
Mediante electrodos transparentes y campos eléctricos, la tecnología EDS puede levantar y eliminar el polvo de diversas superficies como por ejemplo las de paneles solares, radiadores térmicos, lentes de cámaras y trajes espaciales. Mantener apartado ese polvo cargado será fundamental para el éxito de las futuras misiones a la Luna.
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Un escudo electrodinámico antipolvo siendo comprobado en un laboratorio del Centro Espacial Kennedy de la NASA. (Foto: NASA / Cory Huston)
El peligro que entraña este polvo se acrecienta con las estancias de larga duración de astronautas en la Luna que se planean para el futuro. Los astronautas del programa Apolo también tuvieron que lidiar con el polvo de la Luna pero lo breve de sus permanencias en ella evitó que los problemas fueran a más.
El polvo lunar puede introducirse en junturas, en escotillas e incluso en los espacios habitables (traído, por ejemplo, por las botas del traje espacial de un astronauta que regresa al interior tras una salida al exterior), pudiendo provocar problemas técnicos en infraestructuras y equipamientos, e incluso problemas de salud en los astronautas. (Fuente: NCYT de Amazings)



