Medicina
Cómo se combaten médicamente los efectos de la radiación en las personas
La radiación ionizante, ya sea a causa de accidentes nucleares, exposición ambiental o procedimientos médicos, puede producir daños severos en el organismo. Desde la alteración del ADN hasta la afectación de órganos vitales, sus efectos varían según la dosis, la velocidad de exposición y el tejido impactado. Veamos los mecanismos de daño y las estrategias médicas –basadas en años de investigación– para contrarrestar sus efectos.
Mecanismos del daño radiactivo
La radiación ionizante daña las células principalmente por medio de la formación de radicales libres, moléculas inestables que alteran el ADN, las proteínas y las membranas celulares. Aproximadamente el 70 % del daño biológico se atribuye a estos radicales, lo que puede traducirse en mutaciones, apoptosis o, en casos extremos, en cáncer a largo plazo.
Medidas inmediatas y descontaminación
Ante una exposición aguda, las primeras acciones se centran en la descontaminación para evitar que el material radiactivo siga irradiando al organismo o se distribuya a otros individuos. Estas medidas incluyen:
-Retirada de la ropa contaminada: Se estima que hasta el 90 % de la contaminación externa se elimina al cambiarse de vestimenta.
-Limpieza de la piel: Lavados minuciosos con agua y jabón, prestando especial atención a pliegues y uñas, ayudan a remover las partículas adheridas.
Estas acciones son esenciales para limitar la absorción interna de radionúclidos y prevenir complicaciones posteriores.
Tratamiento del síndrome de radiación aguda
En casos de exposición masiva, se puede desarrollar el síndrome de radiación aguda (SRA), caracterizado por náuseas, vómitos, diarrea, fatiga y, en dosis muy elevadas, daño severo en la médula ósea y órganos vitales. El tratamiento es principalmente de soporte y puede incluir:
-Antieméticos y analgésicos: Para controlar náuseas y el dolor, según protocolos establecidos en centros como la Mayo Clinic.
-Transfusiones de sangre y apoyo hematológico: Para contrarrestar la destrucción de células sanguíneas y prevenir infecciones.
-Hidratación intensiva y corrección de electrolitos: Es vital restablecer el equilibrio del organismo tras pérdidas considerables.
El abordaje multidisciplinar y el monitoreo constante son fundamentales para mejorar las probabilidades de supervivencia.
Radioprotectores y citoprotectores
Para prevenir o mitigar el daño antes de que se produzca, se han desarrollado diversos fármacos con propiedades radioprotectoras:
Yoduro de potasio
Una de las intervenciones más conocidas en emergencias nucleares es la administración de yoduro de potasio. Este fármaco “satura” la glándula tiroides con yodo estable (yodo-127), reduciendo la absorción del radioyodo (yodo-131) que puede causar cáncer tiroideo.
La protección del tiroides mediante el yoduro de potasio puede disminuir los efectos del radioyodo en hasta un 99 % y está recomendada en situaciones de emergencia nuclear.
Amifostina y otros citoprotectores
Los citoprotectores, como la amifostina, actúan reduciendo el estrés oxidativo al neutralizar radicales libres. Estas sustancias protegen preferencialmente a las células sanas, ya que su activación depende de enzimas que se encuentran en mayor cantidad en tejidos normales que en las células tumorales.
Melatonina
Estudios recientes han demostrado que la melatonina posee propiedades radioprotectoras al actuar como un potente antioxidante. Esta hormona, conocida por regular los ciclos del sueño, ayuda a neutralizar los radicales libres generados por la radiación y ha mostrado ser más eficaz y con menos efectos secundarios que otros agentes protectores en ciertos ensayos.
Agentes quelantes
Para la contaminación interna, se utilizan agentes quelantes como el ácido dietilentriamino pentaacético (DTPA), que se unen a ciertos radionúclidos (por ejemplo, plutonio o americio) y facilitan su eliminación a través de la orina.
Avances tecnológicos y nuevos enfoques
Además de los tratamientos farmacológicos, la investigación en radiobiología ha dado lugar a nuevas tecnologías que buscan reducir el daño en tejidos sanos durante tratamientos oncológicos o en exposiciones accidentales. Por ejemplo:
-Radioterapia flash: Consiste en administrar dosis muy altas de radiación en fracciones ultracortas, lo que podría permitir que los tejidos normales se recuperen mejor y sufran menos daño.
-Sistemas de radioterapia guiada por imagen: Tecnologías como el MR Linac permiten ajustar en tiempo real la dosis de radiación, maximizando el efecto sobre el tumor y protegiendo estructuras adyacentes.
Estos desarrollos representan la convergencia de la ingeniería y la medicina para lograr tratamientos más precisos y menos tóxicos.