Artículo, de La Web de Anilandro, que recomendamos por su interés.
Reza el dicho popular que “Las ciencias adelantan que es una barbaridad...”, y podemos añadir que también la técnica, y ello va dejando un reguero de aparatos que con más o menos motivo acaban en la basura. El aparato que con más frecuencia vemos desechado sobre las aceras es sin duda el horno de microondas, que si bien comenzó siendo un electrodoméstico caro, en la actualidad es posible encontrarlos por precios tan bajos que ello anima a los usuarios al cambio frecuente, aunque sólo sea por algún desperfecto poco importante o porque ha aparecido un nuevo modelo más estético o con algún gadget adicional.
Por otra parte, un horno de microondas es una fuente de componentes muy interesantes para realizar experiencias como una bobina de Tesla, un transmisor Marconi, un equipo de soldadura por puntos o diversas fuentes de alimentación.
Antes de empezar, es necesario advertir que nunca, en ningún caso, se ha de desmontar un horno de este tipo con el cable de alimentación conectado a la red eléctrica, puesto que en este caso puede haber en su interior tensiones muy peligrosas por su alto voltaje.
El artículo, de La Web de Anilandro, continúa
aquí.