Medicina
Tratamiento más eficaz contra la leucemia linfoblástica aguda de células B
La leucemia linfoblástica aguda de células B (LLA-B) es un tipo de cáncer de la sangre muy agresivo y potencialmente mortal. Es el cáncer infantil más común, en concreto representa el 35 % de los casos pediátricos, pero puede afectar a personas de cualquier edad. La terapia con células CAR-T ha mejorado significativamente el pronóstico de los pacientes con LLA-B, pero se siguen produciendo recaídas en más del 50% de los casos, dejando a muchos con opciones de tratamiento limitadas. Por ello, se está investigando cómo afrontar este desafío y mejorar la eficacia de la terapia CAR-T.
Una de las cuestiones clave que se investigan es por qué las células CAR-T, que son un medicamento vivo, a veces no responden ante las células cancerosas, incluso cuando están presentes. Un equipo internacional de investigación ha estudiado la interacción entre el tumor y las células inmunitarias, incluidas las CAR-T, y ha encontrado una pista muy prometedora.
El equipo lo integran especialistas del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras en Badalona y el Hospital Universitario 12 de Octubre en Madrid y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en España, entre otras instituciones.
El estudio muestra que los tumores de LLA-B podrían aprovecharse de los mecanismos naturales de defensa del organismo, en concreto de las vías de puntos de control inmunitario. Estas vías actúan como “interruptores de apagado” e indican a las células inmunitarias que detengan su actividad una vez que la infección o la amenaza han sido eliminadas. Sin embargo, los tumores pueden secuestrar este sistema, y con ello evitar que el sistema inmunitario los ataque.
Miembros del equipo de investigación. (Foto: Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras)
Células CAR-T “apagadas” por el tumor
En el caso de la LLA-B, el equipo de investigación ha descubierto que las células leucémicas en recaída presentan niveles anormalmente elevados de galectina-9, un ligando que forma parte del sistema de puntos de control inmunitario. Por otro lado, las células CAR-T expresan altos niveles de TIM-3, un receptor que normalmente interactúa con la galectina-9 para suprimir la actividad inmunitaria. El tumor se serviría de esta interacción para "apagar" las células CAR-T, lo cual permite que el cáncer persista.
Para abordar este problema, el equipo de investigación probó un enfoque innovador: creó un ligando TIM-3 falso, una versión soluble de la proteína TIM-3, que bloquea la interacción entre el ligando y el receptor. La idea es que este ligando falso impida que el tumor desactive las células CAR-T, sin afectar directamente a su actividad inmunitaria.
En pruebas de laboratorio, con ratones modificados genéticamente que portaban células humanas de LLA-B, los resultados fueron prometedores. Las células CAR-T diseñadas para secretar el ligando TIM-3 falso mostraron una mayor eficacia contra la leucemia y una persistencia prolongada en el organismo.
Aunque aún se encuentra en fase preclínica, esta investigación es un primer paso importante para mejorar los tratamientos en pacientes con LLA-B. Su objetivo es aumentar la eficacia de la terapia CAR-T y reducir las recaídas, dos de los principales desafíos a los que se enfrentan los pacientes que reciben estos tratamientos.
Este enfoque también podría allanar el camino para el desarrollo de “células CAR-T blindadas” y ampliar el potencial de la terapia CAR-T para el tratamiento de tumores sólidos en el futuro.
En este estudio también han colaborado investigadores del Hospital Clínic de Barcelona, la Universidad de Salamanca y otras instituciones de investigación españolas y europeas. El equipo de investigación ha sido liderado por Aïda Falgàs, Rodrigo Lázaro-Gorines y Samanta Romina Zanetti, bajo la supervisión de Pablo Menéndez, Clara Bueno y Luis Álvarez-Vallina.
El estudio se titula “A TIM-3-Fc decoy secreted by engineered T cells improves CD19 CAR-T cell therapy in B-cell acute lymphoblastic leukemia”. Y se ha publicado en la revista académica Blood. (Fuente: Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras)