Neurología
Detección precoz de la enfermedad de Alzheimer con un nuevo análisis de sangre
La posibilidad de detectar el alzhéimer a partir de un análisis de sangre es ya una realidad. Un estudio ha validado la capacidad de establecer el riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer en personas con síntomas de deterioro cognitivo a partir de la detección en sangre de un biomarcador, phospho-tau217.
El estudio ha sido liderado por investigadores del BBRC (BarcelonaBeta Brain Research Center), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, en Barcelona, junto con la Universidad de Gotemburgo y la Universidad de Lund, ambas en Suecia. En el trabajo también han participado el Hospital y la Universidad de Brescia, en Italia. El primer firmante del estudio es Sebastian Palmqvist, de la Universidad de Lund.
A partir de cuatro cohortes hospitalarias, del Hospital del Mar, del Hospital de Gotemburgo, del Hospital del Malmö y del Hospital de Brescia, y de una de atención primaria en Suecia, se ha analizado en 1.767 personas la utilidad de la detección en sangre del biomarcador. El mismo grupo de investigación ya había demostrado en estudios anteriores su capacidad para determinar el riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer en la fase preclínica de la enfermedad. Ahora, han podido validar un sistema, automatizado y adaptable para un uso a gran escala, de análisis de sangre, Lumipulse p-tau217, diseñado por la empresa japonesa Fujirebio, para establecer los niveles a partir de los cuales se puede asegurar que la persona desarrollará la enfermedad o está libre de riesgo.
“Este hecho nos puede permitir determinar qué personas se tienen que someter a otras pruebas, como es la punción lumbar o una PET, y a cuáles ya no hay que practicarles más pruebas, ya que permite detectar la enfermedad de Alzheimer en fases iniciales de forma muy precisa”, explica el Dr. Marc Suárez-Calvet, investigador del BarcelonaBeta Brain Research Center y médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital del Mar e investigador de su instituto de investigación. “Hemos podido establecer dos puntos de corte, con los cuales podemos establecer este riesgo. Las personas que tienen niveles del biomarcador p-tau217 entre estos dos puntos de corte son las que tienen que pasar por nuevas pruebas”, explica. A pesar de su alto nivel de precisión, el Dr. Suárez-Calvet recuerda que “es importante remarcar que los resultados de este biomarcador tienen que ser siempre interpretados por un neurólogo o neuróloga u otro profesional sanitario especializado, después de la adecuada valoración neurológica y nunca como una prueba aislada”.
Precisión superior al 90%
El estudio ha permitido establecer que, en los casos de los pacientes procedentes de hospitales, el análisis automatizado del biomarcador en sangre tiene una precisión de más del 90%, similar a la de la punción lumbar. Para llegar a esta conclusión se han tenido en cuenta tanto las posibles comorbilidades de los pacientes (diabetes, función renal), así como su edad. La eficacia es menor en las personas procedentes de la atención primaria y en aquellas de más de 80 años.
“Nuestros resultados, combinados con la facilidad de uso y de implementación de este tipo de pruebas, pueden facilitar su implementación en la práctica clínica para la obtención de un diagnóstico más acertado del alzhéimer”, apunta la Dra. Federica Anastasi, investigadora del BBRC y coautora del estudio. La detección de los niveles del biomarcador phospo-tau217 en sangre se puede hacer de forma sencilla y se puede llevar a cabo en cualquier laboratorio clínico. Esto puede facilitar, según el Dr. Pablo Villoslada, jefe del Servicio de Neurología del Hospital del Mar, “disponer de una herramienta que facilite un diagnóstico acertado y precoz, garantizando el acceso de forma equitativa a los cuidados y a mejores tratamientos”.
El Dr. Marc Suárez-Calvet y la Dra. Federica Anastasi. (Foto: BarcelonaBeta Brain Research Center)
El estudio demuestra que esta nueva herramienta diagnóstica puede reducir de manera significativa los costes asociados al diagnóstico del alzhéimer, con un ahorro de entre el 60 y el 81% en relación con las actuales pruebas diagnósticas. Este impacto económico, sumado a su aplicabilidad a gran escala, puede contribuir a mejorar el acceso al diagnóstico precoz y a mejorar el abordaje clínico de la enfermedad. A pesar de ello, los autores de la investigación advierten que harán falta nuevos estudios para su implantación en la práctica clínica.
El estudio se titula “Plasma phospho-tau217 for Alzheimer’s disease diagnosis in primary and secondary care using a fully automated platform”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Medicine. (Fuente: BarcelonaBeta Brain Research Center)