Neurología
Posibles nuevas vías para tratar la enfermedad de Alzheimer
En una investigación reciente, unos científicos han identificado varios objetivos potenciales nuevos sobre los cuales una actuación adecuada permitiría tratar o prevenir la enfermedad de Alzheimer.
Los autores de este estudio han descubierto genes y circuitos celulares que nunca antes habían sido relacionados con el Alzhéimer, incluido uno involucrado en la reparación del ADN.
El estudio lo ha realizado un equipo integrado, entre otros, por Matthew Leventhal y Ernest Fraenkel, ambos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), así como Mel Feany, de la Universidad Harvard, en Estados Unidos ambas instituciones.
El equipo se valió de datos genéticos, tanto de humanos como de moscas de la fruta, para identificar vías celulares vinculadas a la neurodegeneración. Esto les permitió identificar vías adicionales que podrían estar contribuyendo al desarrollo del Mal de Alzheimer.
“Toda la evidencia disponible indica que existen muchas vías diferentes involucradas en la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Es multifactorial, y esa podría ser la razón por la que ha sido tan difícil desarrollar fármacos eficaces contra ella”, explica Fraenkel. “Necesitamos algún tipo de combinación de tratamientos que ataquen diferentes partes de esta enfermedad”.
En las últimas décadas, numerosos estudios han sugerido que la enfermedad de Alzheimer está causada por la acumulación de placas amiloides en el cerebro, lo que desencadena una cascada de sucesos que conduce a la neurodegeneración.
Se han desarrollado algunos fármacos para combatir dichas placas, pero estos fármacos no suelen tener un efecto significativo en la progresión de la enfermedad. Con la esperanza de identificar nuevas dianas farmacológicas, muchos científicos trabajan actualmente en la búsqueda de otros mecanismos que puedan estar contribuyendo al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
“Una posibilidad es que exista más de una causa para la enfermedad de Alzheimer, y que incluso en una misma persona pueda haber múltiples factores contribuyentes”, afirma Fraenkel. “Por lo tanto, incluso si la hipótesis amiloide es correcta —y hay quienes no lo creen— es necesario conocer cuáles son esos otros factores. Y si se logra abordar todas las causas de la enfermedad, se tendrá una mayor probabilidad de frenarla e incluso revertir algunos de sus efectos nocivos”.
En el nuevo estudio, el equipo identificó alrededor de 200 genes que aceleran la neurodegeneración.
Algunos de estos ya habían sido identificados como vinculados a la neurodegeneración, incluyendo los genes de la proteína precursora amiloide y de las proteínas llamadas presenilinas, que intervienen en la formación de proteínas amiloides.
Un análisis detallado de los datos reveló a los autores del nuevo estudio que ciertos genes a los que hasta ahora no se había prestado mucha atención probablemente tienen un papel clave en el desarrollo de la enfermedad Alzheimer.
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Utilizando una estrategia computacional que permite combinar información de muchos conjuntos grandes de datos, los autores del nuevo estudio han identificado varios nuevos objetivos farmacológicos potenciales para tratar la enfermedad de Alzheimer. (Imagen: MIT News. CC BY-NC-ND 3.0)
Asimismo, de entre todas las vías examinadas, dos fueron las que despertaron el mayor interés de los investigadores.
Una de esas dos vías, a la que nunca antes se había vinculado a la enfermedad de Alzheimer, está relacionada con la modificación del ARN. Al parecer, cuando falta uno de los dos genes de esta vía (MEPCE y HNRNPA2B1), las neuronas se vuelven más vulnerables a los ovillos Tau que se forman en el cerebro de los pacientes con Alzhéimer. Los investigadores confirmaron este efecto al inhibir estos genes en experimentos con moscas de la fruta y en neuronas humanas derivadas de células madre pluripotentes inducidas (IPSCs).
La segunda vía de gran interés explorada en este estudio interviene en la reparación de daños en el ADN. Esta vía o red incluye dos genes llamados NOTCH1 y CSNK2A1, a los cuales se ha relacionado previamente con el Mal de Alzheimer, pero no en el contexto de la reparación del ADN. Ambos genes son conocidos por su función en la regulación del crecimiento celular. En este estudio, los investigadores encontraron evidencia de que, sin la labor realizada por estos genes, los daños sufridos por el ADN se acumulan en las células. Se sabe que esa acumulación de daños conduce a la neurodegeneración.
Ahora que se han identificado estos objetivos, los investigadores esperan colaborar con otros laboratorios para explorar si fármacos dirigidos a ellos podrían mejorar la salud neuronal.
El estudio se titula "An integrative systems-biology approach defines mechanisms of Alzheimer’s disease neurodegeneration". Y se ha publicado en la revista académica Nature Communications. (Fuente: NCYT de Amazings)



