Computación y arte
Inteligencia artificial para restaurar cuadros antiguos
La restauración de obras de arte requiere manos firmes y un ojo perspicaz. Tradicionalmente, los restauradores de arte han restaurado cuadros mediante el laborioso y largo proceso de identificar las áreas que necesitan reparación, luego preparar la pintura con la tonalidad exacta requerida y una composición química que no cause daños, y finalmente pintar con el máximo cuidado cada punto del área afectada. A menudo, un cuadro puede tener miles de pequeñas regiones que requieren atención individual. Restaurar un solo cuadro puede llevar desde unas pocas semanas hasta más de una década.
En los últimos años, las herramientas de restauración digital han abierto el camino a la creación de representaciones virtuales restauradas de obras originales. Estas herramientas aplican técnicas de visión artificial, reconocimiento de imágenes y correspondencia de colores para generar una versión digital del cuadro, también digitalmente restaurada, con relativa rapidez.
Aun así, hasta ahora no había forma de trasladar las restauraciones digitales directamente a un cuadro físico original.
Un nuevo y revolucionario método, basado en el uso de inteligencia artificial, permite restaurar físicamente y en cuestión de horas cuadros antiguos dañados por el paso del tiempo. A tal fin, el sistema diseña una lámina con distintos grados de transparencia que contiene imágenes para complementar el cuadro. La lámina con esos retoques puede aplicarse encima del cuadro y la combinación entre la lámina y la superficie actual del cuadro dota a este del aspecto que tenía recién pintado. Además, esta lámina a modo de máscara puede sacarse del cuadro sin problemas.
La restauración se imprime sobre una película polimérica muy fina, conformando así una máscara que encaja perfectamente con la pintura de debajo y que superpone las correcciones sobre las áreas dañadas.
Además, un archivo digital de la máscara puede ser almacenado y consultado por futuros conservadores, para ver exactamente qué cambios con respecto al cuadro se colocaron en la máscara.
Este método es obra de Alex Kachkine, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
Como demostración, Kachkine aplicó su método a un cuadro al óleo del siglo XV muy dañado. El sistema identificó automáticamente 5.612 zonas que necesitaban reparación y elaboró los retoques pertinentes, empleando para ello una paleta de 57.314 colores diferentes. El proceso completo, de principio a fin, tardó 3 horas y media, lo que Kachkine estima que es unas 66 veces más rápido que si el trabajo se hubiera hecho mediante una restauración tradicional.
![[Img #76103]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/06_2025/8932_inteligencia-artificial-para-restaurar-cuadros.jpg)
A la izquierda, cuadro dañado. En el centro, un mapa de los diferentes tipos de daños presentes: las líneas verdosas muestran grietas completas en el soporte, las líneas rojas delgadas representan un craquelado importante de la pintura, las áreas azules corresponden a grandes pérdidas de pintura, mientras que las regiones rosadas muestran defectos menores, como arañazos. A la derecha, la pintura restaurada con la máscara aplicada. (Imagen: Alex Kachkine / MIT. CC BY-NC-ND 3.0)
Kachkine reconoce que, como en cualquier proyecto de restauración, existen cuestiones éticas a tener en cuenta, en el sentido de si una versión restaurada representa adecuadamente el estilo y la intención originales del artista. Cualquier aplicación de su nuevo método, advierte, debe realizarse con el asesoramiento y la supervisión de conservadores que conozcan la historia del cuadro y detalles sobre cómo fue pintado.
Kachkine expone los detalles técnicos de su método en la revista académica Nature, bajo el título “Physical restoration of a painting with a digitally constructed mask”. (Fuente: NCYT de Amazings)



