Historia de la Ciencia
Luigi Galvani: El pionero de la bioelectricidad que inspiró a Frankenstein
Luigi Galvani, médico, físico y biólogo italiano del siglo XVIII, es recordado como uno de los grandes pioneros en el campo de la bioelectricidad. Su trabajo sentó las bases de disciplinas tan dispares como la neurofisiología, la medicina moderna y la propia ciencia ficción. Aunque su nombre no es tan conocido como el de otros científicos contemporáneos, sus descubrimientos cambiaron para siempre nuestra comprensión del cuerpo humano y de la electricidad.
Los orígenes de un genio curioso
Luigi Galvani nació el 9 de septiembre de 1737 en Bolonia, Italia. Procedente de una familia de clase media, Galvani inicialmente se inclinó por la religión, pero pronto se volcó en el estudio de la medicina en la Universidad de Bolonia, donde más tarde se convertiría en profesor.
Durante sus años de formación, Galvani se interesó especialmente por la anatomía y la fisiología, lo que lo llevó a investigar los mecanismos que regulan la vida en el cuerpo humano y en los animales. Este enfoque lo acercaría, casi por casualidad, al descubrimiento que lo inmortalizaría.
El experimento que electrificó la ciencia
El hallazgo más famoso de Galvani ocurrió en 1780, mientras realizaba experimentos con ancas de rana. Al tocar los nervios de las patas del animal con un bisturí de metal durante una tormenta eléctrica, observó que las patas se contraían como si estuvieran vivas. Intrigado, repitió el experimento utilizando diferentes materiales metálicos, generando una corriente eléctrica artificial.
Galvani dedujo que existía una “electricidad animal” —una fuerza interna generada por los propios organismos— que era capaz de estimular los músculos. Aunque hoy sabemos que la electricidad no se origina en los músculos, sino que se transmite a través de señales nerviosas, su hipótesis fue clave para abrir una nueva vía de investigación en fisiología y electricidad.
(Foto: Wikimedia Commons)
Galvani vs. Volta: Un duelo científico histórico
Las ideas de Galvani no fueron aceptadas unánimemente. Su contemporáneo, Alessandro Volta, propuso una teoría alternativa: que la electricidad observada en los experimentos era generada por los metales utilizados y no por el cuerpo animal. Este debate dio lugar a una intensa controversia científica.
Aunque Volta refutó parte de la teoría de Galvani al inventar la primera pila eléctrica (la “pila voltaica”) en 1800, también reconoció que los tejidos vivos podían reaccionar a estímulos eléctricos. En última instancia, ambos contribuyeron decisivamente al nacimiento de la electrofisiología y la electromedicina.
Inspiración literaria: Frankenstein y el mito del científico loco
La influencia de Galvani traspasó los laboratorios. Sus experimentos inspiraron a Mary Shelley en la creación de Frankenstein o el moderno Prometeo (1818). En la novela, el doctor Victor Frankenstein utiliza electricidad para revivir materia muerta, un concepto que bebe directamente de las ideas galvanistas. De hecho, el término “galvanizar” sigue usándose hoy en día tanto en sentido técnico como metafórico.
Galvani falleció el 4 de diciembre de 1798, en su ciudad natal. Aunque vivió en una época donde el conocimiento sobre el cuerpo humano era aún rudimentario, su trabajo es considerado un hito en la historia de la ciencia.
Hoy, su nombre perdura en términos como “galvanismo”, “galvanómetro” y “galvanoplastia”, así como en múltiples instituciones científicas. Su intuición sobre la relación entre electricidad y vida abrió puertas a campos tan fundamentales como la neurociencia, la cardiología y la bioingeniería.