Química
La composición química del agua de los océanos
Los océanos cubren más del 70 % de la superficie del planeta y su agua constituye un elemento esencial para la vida en la Tierra. Pero el agua de mar no es simplemente agua salada: su composición química es compleja y dinámica. Contiene una mezcla de sales, gases disueltos, nutrientes y compuestos orgánicos e inorgánicos que influyen directamente en los ecosistemas marinos, el clima global y la salud ambiental del planeta.
¿Qué contiene el agua de mar?
Aunque visualmente parezca agua común, el agua de mar es una solución salina compleja. La salinidad media es de aproximadamente 35 gramos por litro, aunque puede variar dependiendo de la zona geográfica, la temperatura, la profundidad o la influencia de ríos y evaporación.
Los principales componentes químicos del agua oceánica
La mayor parte de las sales disueltas en el agua de mar proviene de seis iones predominantes. El cloruro es el más abundante, seguido por el sodio. Juntos, estos dos elementos conforman el cloruro de sodio, la sal común, y representan más del 85 % de las sales disueltas. Otros iones importantes son el sulfato, el magnesio, el calcio y el potasio. Aunque estos componentes se encuentran en concentraciones mucho menores que el cloruro y el sodio, cumplen funciones vitales en los procesos bioquímicos marinos.
Además de estas sales, el agua oceánica contiene gases disueltos, principalmente oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno. El oxígeno es esencial para la respiración de organismos marinos, mientras que el dióxido de carbono participa en la regulación del pH del océano y en la fotosíntesis de fitoplancton y algas. El nitrógeno, aunque no es reactivo en su forma gaseosa, puede ser transformado por bacterias marinas en compuestos aprovechables por otros seres vivos.
También están presentes nutrientes clave como los nitratos, fosfatos y silicatos. Estos compuestos, aunque en cantidades mínimas, son indispensables para el crecimiento del fitoplancton, la base de la cadena alimentaria marina. Además, existen oligoelementos o elementos traza, como el hierro, el zinc y el cobre, que actúan como catalizadores en procesos metabólicos de muchas especies.
¿Cuál es el origen de las sales marinas?
Las sales del océano tienen su origen principal en la erosión de rocas en los continentes. Los ríos transportan minerales disueltos hasta los océanos, donde se acumulan a lo largo de millones de años. Otra fuente importante son las erupciones volcánicas submarinas y la actividad hidrotermal en las dorsales oceánicas, que inyectan minerales directamente al agua de mar. Además, los intercambios químicos entre el agua y el fondo marino contribuyen a modificar continuamente esta composición.
Importancia de conocer la química del océano
Conocer la composición química del agua de los océanos es esencial por varias razones. En primer lugar, el océano actúa como un gigantesco regulador térmico y como almacén de carbono, desempeñando un papel clave en la lucha contra el cambio climático. Además, muchas especies marinas están adaptadas a rangos específicos de salinidad, pH y concentración de nutrientes, por lo que cualquier alteración química puede poner en riesgo su supervivencia.
Por otro lado, el equilibrio entre los gases disueltos, especialmente el dióxido de carbono, influye directamente en el clima global. La capacidad del océano para absorber CO₂ ayuda a moderar el calentamiento atmosférico, pero también provoca la acidificación del agua, con consecuencias ecológicas preocupantes.
Cambios químicos y amenazas actuales
En las últimas décadas, la composición química del océano ha comenzado a cambiar debido a la actividad humana. Uno de los fenómenos más estudiados es la acidificación del océano, provocada por el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera. A medida que el CO₂ se disuelve en el agua, forma ácido carbónico, lo que reduce el pH del océano y afecta gravemente a organismos como los corales, moluscos y algunos tipos de plancton.
Además, la contaminación por metales pesados, plásticos, hidrocarburos y exceso de nutrientes provenientes de la agricultura está alterando los equilibrios naturales. Esto ha dado lugar a fenómenos como la proliferación de algas nocivas y la formación de zonas muertas, regiones del océano con niveles de oxígeno tan bajos que la vida marina no puede subsistir.