Historia de la Ciencia
Charles Thomson Rees Wilson: El científico que fotografió lo invisible
Charles Thomson Rees Wilson, físico y meteorólogo escocés, es uno de esos genios silenciosos que transformaron la ciencia para siempre. Nacido el 14 de febrero de 1869 en Glencorse, Escocia, Wilson pasó de estudiar las nubes en las Highlands a capturar las trayectorias invisibles de partículas subatómicas, creando un instrumento que cambiaría la física moderna: la cámara de niebla.
De las nubes al laboratorio: el origen de una idea revolucionaria
Wilson se interesó desde muy joven por la meteorología. Mientras estudiaba en la Universidad de Cambridge, fue asistente en el Observatorio de Ben Nevis, la montaña más alta del Reino Unido. Allí, rodeado de niebla, humedad y fenómenos ópticos atmosféricos, quedó fascinado por las nubes y su formación.
Esta experiencia lo marcó profundamente. Al regresar a Cambridge, Wilson quiso reproducir las condiciones de formación de nubes en el laboratorio. Fue así como, en 1895, ideó una cámara que permitía visualizar la condensación del vapor de agua en un aire súbitamente expandido y enfriado. Pero pronto descubrió algo aún más fascinante: las partículas cargadas eléctricamente dejaban rastros visibles en el vapor condensado.
La cámara de niebla: una ventana al mundo subatómico
El invento de Wilson, perfeccionado a lo largo de los años, se convirtió en la famosa cámara de niebla de Wilson (cloud chamber, en inglés). Este dispositivo permitió por primera vez visualizar directamente el paso de partículas subatómicas, como electrones, protones o rayos cósmicos. Gracias a la ionización del aire provocada por estas partículas, se formaban gotitas de agua en su trayectoria, dejando un rastro visible.
La cámara de niebla fue uno de los primeros instrumentos en permitir la observación directa de fenómenos atómicos y subatómicos. No sólo hizo posible registrar experimentalmente la existencia de partículas antes sólo teóricas, sino que abrió una nueva era en la física de partículas y la radiación.
![[Img #76405]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/07_2025/4001_charles_thomson_rees_wilson_at_1927_solvay_conference.jpg)
(Foto: Wikimedia Commons)
Reconocimientos
En 1927, Wilson recibió el Premio Nobel de Física “por su método de hacer visibles las trayectorias de partículas eléctricamente cargadas mediante la condensación del vapor de agua”, compartido en espíritu con todos los que usarían su cámara para hacer descubrimientos fundamentales, como la detección del positrón (1932) por Carl Anderson.
Su enfoque interdisciplinario —combinando meteorología, óptica y física— y su capacidad para convertir fenómenos naturales en herramientas científicas, lo convierten en un modelo de innovación y creatividad.
Impacto en la ciencia moderna
La cámara de niebla fue precursora de instrumentos aún más sofisticados, como la cámara de burbujas, los detectores de partículas y los colisionadores modernos, incluyendo el LHC del CERN. Aunque hoy su uso es más didáctico que experimental, la cámara de niebla sigue fascinando por su capacidad de hacer visible lo invisible.
Un científico impulsado por la curiosidad
Charles Thomson Rees Wilson falleció en 1959. Su historia demuestra cómo la curiosidad por las nubes y la naturaleza puede conducir a descubrimientos que transforman el conocimiento humano. Fue un científico guiado por la observación, la paciencia y la imaginación, cualidades esenciales para la investigación científica de cualquier época.



