Astronomía
¿Influye la Luna en los seres vivos? Mito, realidad y lo que dice la ciencia
Desde tiempos inmemoriales, la Luna ha fascinado a la humanidad. Su presencia imponente en el cielo nocturno ha inspirado mitos, leyendas, calendarios y también creencias sobre su influencia en los seres vivos. ¿Puede realmente este satélite natural afectar nuestro comportamiento, las mareas biológicas o incluso los ciclos reproductivos? ¿Qué dice la ciencia? ¿Estamos ante una verdad velada o simplemente frente a un mito persistente?
La Luna y su influencia comprobada: las mareas
Comencemos con lo que la ciencia ya ha confirmado sin lugar a dudas: la gravitación lunar influye directamente sobre las mareas oceánicas. La atracción gravitatoria entre la Luna y la Tierra genera movimientos periódicos en grandes masas de agua, especialmente evidentes en los océanos. Esta oscilación, conocida como marea alta y baja, ocurre con una precisión matemática relacionada con las fases lunares.
Dado que muchos organismos marinos —como los moluscos, crustáceos o peces— viven en entornos donde las mareas dictan el acceso al alimento o el momento ideal para reproducirse, su comportamiento está profundamente sincronizado con los ciclos lunares.
Ciclos lunares y comportamiento animal
En el mundo animal, numerosos estudios han documentado cambios de comportamiento asociados a las fases lunares. Por ejemplo:
-Corales en la Gran Barrera de Coral sincronizan su desove masivo con la luna llena.
-Algunas especies de peces y anfibios también presentan picos de actividad reproductiva durante ciertas fases lunares.
-Depredadores nocturnos, como los búhos o ciertos felinos, pueden variar su comportamiento de caza según la luminosidad lunar.
Este tipo de evidencia sugiere que la luz lunar y los ritmos circadianos pueden influir en los ritmos biológicos de distintas especies, especialmente aquellas activas durante la noche.
![[Img #76426]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/07_2025/680_man-7750139_640.jpg)
¿Y los humanos? ¿Nos afecta la Luna?
Aquí es donde el debate se vuelve más polémico. Muchas culturas han atribuido a la Luna poderes místicos o psicológicos: alteraciones del sueño, cambios de humor, e incluso un aumento en los partos durante la luna llena. Sin embargo, la mayoría de estos efectos no han sido respaldados de manera contundente por la investigación científica.
El sueño y la Luna
Un estudio publicado en 2013 en la revista Current Biology indicó que los participantes dormían menos y tardaban más en conciliar el sueño durante la luna llena, incluso en condiciones donde no podían ver la Luna ni sabían en qué fase estaba. Sin embargo, otros estudios no han replicado esos hallazgos, y muchos científicos consideran que los resultados no son concluyentes.
Luna llena y comportamiento
Una creencia popular sostiene que la luna llena incrementa la violencia, los delitos o los ingresos a emergencias psiquiátricas. Sin embargo, metaanálisis que abarcan décadas de datos han encontrado poca o ninguna correlación sólida. Los efectos detectados suelen ser tan pequeños que caen dentro del margen de error o pueden explicarse por sesgos de observación (por ejemplo, notar más comportamientos extraños durante luna llena porque uno espera que ocurran).
El poder de la sugestión y el mito lunar
Parte de la persistencia de estas creencias puede deberse al llamado efecto Forer o sesgo de confirmación: tendemos a recordar las ocasiones en que la luna llena coincidió con un suceso extraño, y olvidamos todas las veces que no pasó nada. Además, la cultura popular —desde el cine hasta la astrología— ha alimentado el vínculo entre la Luna y el comportamiento humano durante siglos.
¿Mito o realidad?
-Realidad parcial: la Luna influye de manera comprobada en fenómenos físicos (como las mareas) y en algunos comportamientos animales, especialmente marinos o nocturnos.
-Mito persistente: en lo que respecta al comportamiento humano, la evidencia científica es débil o contradictoria. No hay pruebas sólidas de que la Luna afecte nuestro estado de ánimo, conducta o salud de forma significativa.
En resumen, la Luna sí tiene efectos sobre la vida en la Tierra, pero no tan mágicos como algunos creen. Su influencia es real, pero limitada, y no justifica muchas de las creencias populares que aún persisten.



