Antropología evolutiva
Los cambios en la dieta impulsaron la evolución anatómica humana
Lo descubierto en un nuevo estudio contradice la teoría ampliamente aceptada hasta ahora sobre la relación entre dieta y cambios anatómicos en nuestros antepasados lejanos.
El estudio lo ha realizado un equipo encabezado por Luke D. Fannin, del Dartmouth College en la ciudad estadounidense de Hanover.
A medida que los primeros humanos se expandieron desde las selvas africanas hacia las praderas, su necesidad de fuentes de energía fácilmente accesibles los llevó a desarrollar una preferencia por las plantas herbáceas, especialmente los cereales y por el tejido vegetal rico en almidón oculto bajo tierra. Sin embargo, el nuevo estudio muestra que los homininos comenzaron a nutrirse de estos alimentos ricos en carbohidratos antes de que su evolución anatómica los llevase a tener los dientes ideales para hacerlo.
Este estudio proporciona la primera evidencia del registro fósil humano de impulso conductual, en el que los comportamientos beneficiosos para la supervivencia surgen antes que las adaptaciones anatómicas que los facilitan.
Los autores del estudio analizaron los dientes fosilizados de homininos en busca de isótopos de oxígeno y carbono que hubieran quedado ahí por comer plantas de las conocidas como gramíneas, que incluyen pastos y juncos. Descubrieron que los antiguos humanos se inclinaban por consumir estas plantas mucho antes de que sus dientes evolucionaran para masticarlas de manera eficiente. No fue hasta 700.000 años después cuando la evolución finalmente se puso al día en forma de molares más largos, como los que permiten a los humanos anatómicamente modernos masticar fácilmente las fibras vegetales duras.
Hace unos 3,8 millones de años, los vegetales que comía nuestro pariente evolutivo Australopithecus afarensis (izquierda) eran de superficie. Hace unos 2,3 millones de años, el humano primitivo Homo rudolfensis (centro) obtuvo acceso regular a órganos vegetales subterráneos ricos en carbohidratos, incluyendo tubérculos (como la patata o papa) y bulbos (como la cebolla). Pero este cambio en la dieta se adelantó a la evolución dental que solo llegó hace unos 2 millones de años, cuando especies como el Homo ergaster (derecha) experimentaron un cambio notable en el tamaño y la forma de los dientes, que se adaptaron mejor a masticar los nuevos tejidos vegetales. (Imágenes, de izquierda a derecha: de dominio público; Don Hitchcock; Fernando Losada Rodríguez (rotada))
Los hallazgos sugieren que el éxito de los primeros humanos se debió a su capacidad para adaptarse a nuevos entornos a pesar de sus limitaciones físicas.
El estudio se titula “Behavior drives morphological change during human evolution”. Y se ha publicado en la revista académica Science. (Fuente: NCYT de Amazings)