Salud
Dieta mediterránea contra el riesgo genético de obesidad en preadolescentes
En un estudio reciente, se ha analizado la interacción entre la adherencia a la dieta mediterránea y la predisposición genética a la obesidad, y cómo esta relación afecta a marcadores de adiposidad como el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de cintura a lo largo del crecimiento.
El estudio lo ha llevado a cabo un equipo internacional liderado por investigadores del grupo GENUD (Instituto de Investigación Sanitaria Aragón / Universidad de Zaragoza), junto a un amplio consorcio europeo. Se enmarca dentro del proyecto europeo IDEFICS/I.Family, centrado en el estudio de factores determinantes de la salud infantil en ocho países europeos.
El estudio incluyó a casi 2.000 participantes de entre 2 y 16 años de edad, con seguimiento en tres momentos distintos (2007, 2009 y 2013), con un total de 5.538 medidas repetidas y 1.254 adolescentes evaluados longitudinalmente. Se evaluaron sus hábitos alimentarios mediante cuestionarios validados y se calculó un índice de adherencia a la dieta mediterránea, así como un índice de riesgo genético para obesidad basado en millones de variantes genéticas en el genoma completo.
Miguel Seral-Cortés, Luis A. Moreno y sus colegas constataron que la dieta mediterránea puede mitigar el riesgo genético de obesidad en preadolescentes.
Concretamente, el análisis reveló que en niños con alta predisposición genética, una mayor adherencia a la dieta mediterránea se asoció con un menor IMC durante la adolescencia temprana (alrededor de los 12 años). Sin embargo, en la infancia (alrededor de los 6 años), una alta adherencia a la dieta mediterránea se asoció con un IMC ligeramente más elevado, lo que podría deberse a distintos mecanismos biológicos específicos de cada etapa del desarrollo.
Miembros del equipo de investigación. (Foto: Universidad de Zaragoza)
Por otra parte, este estudio ha mostrado que el consumo de verduras y legumbres tiene una asociación inversa con los indicadores de adiposidad, independientemente del riesgo genético, reforzando la recomendación de promover su consumo en la infancia. Además, en los análisis longitudinales, no se hallaron efectos significativos del cambio en la dieta mediterránea sobre los marcadores de adiposidad, lo que sugiere que mantener una dieta saludable de forma continuada desde edades tempranas puede ser más efectivo que realizar cambios puntuales.
Estos resultados apoyan la importancia de promover patrones de alimentación saludables como la dieta mediterránea desde la infancia, para contrarrestar la predisposición genética a la obesidad. “Nuestros hallazgos refuerzan el papel de la alimentación como factor modulador del riesgo genético y ofrecen información clave para el diseño de estrategias personalizadas de prevención de la obesidad infantil”, ha destacado Miguel Seral-Cortés, autor principal del estudio.
El estudio se titula “Mediterranean diet and obesity polygenic risk interaction on adiposity in European children: The IDEFICS/I.Family Study”. Y se ha publicado en la revista académica Pediatric Obesity. (Fuente: Universidad de Zaragoza)