Paleoclimatología
¿Qué factores ponen en marcha una era glaciar… y cuáles la detienen?
Durante millones de años, la Tierra ha atravesado ciclos de hielo y deshielo que han moldeado océanos, continentes y climas. Pero ¿qué provoca realmente una era glaciar? ¿Por qué comienzan, y qué condiciones hacen que terminen? Estas preguntas no solo despiertan la curiosidad científica, sino que también ofrecen claves sobre el futuro del planeta en un contexto de cambio climático acelerado.
El papel de la órbita terrestre: los ciclos de Milankovitch
Uno de los factores más determinantes son las variaciones periódicas en la órbita y la inclinación de la Tierra, conocidas como ciclos de Milankovitch.
-Excentricidad: la órbita terrestre se alarga o se hace más circular en ciclos de unos 100.000 años.
-Oblicuidad: el eje terrestre se inclina más o menos cada 41.000 años.
-Precesión: un “bamboleo” del eje que se repite aproximadamente cada 23.000 años.
Estas variaciones modifican la cantidad y distribución de la radiación solar que recibe la Tierra, lo que puede favorecer la expansión o el retroceso de los casquetes polares.
La influencia de los gases de efecto invernadero
La concentración de dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄) y óxidos de nitrógeno (N₂O) en la atmósfera actúa como un “termostato” global.
-En momentos de bajas concentraciones, el planeta tiende a enfriarse, favoreciendo el crecimiento de glaciares.
-En épocas de mayores niveles, el calentamiento global acelera el deshielo.
Los registros de burbujas de aire atrapadas en el hielo de la Antártida muestran una estrecha correlación entre los niveles de gases de efecto invernadero y la entrada o salida de eras glaciares.
La tectónica de placas y la posición de los continentes
La deriva continental también juega un papel clave. Cuando grandes masas de tierra se concentran cerca de los polos, facilitan la acumulación de hielo. Además, la formación de cadenas montañosas como el Himalaya intensifica la erosión y captura de CO₂ atmosférico, reforzando el enfriamiento global. Por el contrario, aperturas oceánicas como el Paso de Drake (entre Sudamérica y la Antártida) modifican las corrientes marinas, redistribuyendo calor por el planeta.
Océanos y corrientes marinas: el motor invisible
Las corrientes oceánicas transportan calor desde los trópicos hacia latitudes altas. Alteraciones en la circulación termoalina —como el debilitamiento de la corriente del Atlántico Norte— pueden desencadenar enfriamientos bruscos o, por el contrario, acelerar el deshielo.
Erupciones volcánicas y meteoritos
Aunque menos frecuentes, los eventos catastróficos también influyen.
-Grandes erupciones volcánicas pueden inyectar cenizas y aerosoles a la atmósfera, bloqueando la radiación solar y generando un enfriamiento temporal.
-Impactos de asteroides pueden alterar el clima de forma súbita, tanto por enfriamiento inicial como por liberación de CO₂ posterior.
¿Estamos al borde de una nueva era glaciar?
En condiciones naturales, los ciclos orbitales y climáticos indicarían que la Tierra debería acercarse lentamente hacia una nueva glaciación en los próximos milenios. Sin embargo, las emisiones humanas de gases de efecto invernadero están alterando este patrón. La actividad industrial ha elevado los niveles de CO₂ a valores no vistos en al menos 3 millones de años, lo que retrasa —o incluso podría cancelar— el inicio de la próxima era glaciar.