Medicina
El cambio climático altera la precisión de un test médico común
La prueba de Calorimetría Indirecta es el método más usado, y considerado como el más fiable, de evaluación metabólica. Esta prueba se lleva a cabo midiendo la respiración de la persona para ver cuánto dióxido de carbono (CO2) se produce y cuánto oxígeno (concretamente O2 u oxígeno molecular) se consume.
El método fue desarrollado hace unos 100 años, basándose en la premisa de que el oxígeno y el dióxido de carbono en el aire que respiramos mantendrían por tiempo indefinido los valores que tenían en aquella época.
La prueba de Calorimetría Indirecta es usada por investigadores y personal sanitario para determinar la tasa metabólica en reposo, que es la cantidad de energía que se requiere para mantener las funciones vitales mientras se está en reposo, y sus resultados sirven para infinidad de exámenes médicos.
Pero ahora el equipo del Dr. James Betts de la Universidad de Bath en el Reino Unido ha constatado que el aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera registrado en estos cien años ha dejado demasiado obsoletas aquellas premisas sobre los valores del oxígeno y del dióxido de carbono en el aire, lo que significa que los resultados que ahora se obtienen con el método, tal como está formulado, sufren un cierto grado de distorsión.
Específicamente, los investigadores han comprobado que los cambios de este centenar de años en la atmósfera pueden implicar hoy en día un error en la estimación de la tasa metabólica de hasta un 7 por ciento.
"A pesar de que conocemos bastante bien los cambios que ocurren en nuestra atmósfera en lo que se refiere al impacto que ocasionan sobre nuestro clima y el medioambiente, parece ser que el aumento en los niveles de dióxido de carbono, y lo que es más, la caída en los niveles de oxígeno molecular (que es menos conocida), nunca han sido tomados en cuenta al considerar cómo nuestros cuerpos procesan el aire que respiramos", argumenta el Dr. Betts.
Además de medir la cantidad de energía que necesitamos, el test de Calorimetría Indirecta también se usa para monitorizar las cantidades de carbohidrato y de grasa utilizadas por el cuerpo, así como la cantidad máxima de oxígeno que una persona puede usar cuando el test se realiza combinado con ejercicios físicos.
Los resultados del test, aplicado en numerosos ámbitos de la salud humana, pueden tener repercusiones en las decisiones médicas ante enfermedades como la obesidad, la diabetes y las dolencias cardíacas, y también son información clave a la hora de hacer estimaciones sobre cuán en forma está una persona para hacer ejercicio físico de resistencia.
Una manera simple de evitar las distorsiones en los resultados del test es, tal como recomienda el Dr. Betts, que los científicos y el personal sanitario siempre midan la composición del aire cercano a sus pacientes y corrijan luego los valores obtenidos.
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