Astronomía
Estrella enana blanca se traga un planeta enano
Unas observaciones astronómicas recientes revelan que las enanas blancas son cadáveres estelares mucho más peligrosos de lo que podría parecernos. Aparentemente, son capaces de tragarse astros muy alejados de ellas.
Las enanas blancas son estrellas en las que han cesado las reacciones nucleares que caracterizan a una estrella en activo. En ese sentido, son estrellas muertas. De todos modos, cuando alcanzan esa fase final de su existencia todavía están muy calientes y pueden seguir emitiendo mucha luz durante millones de años. Como parte del proceso de su cese de actividad, se encogen mucho, adquiriendo un tamaño minúsculo, parecido al de la Tierra, pero conservando una masa enorme, similar a la del Sol. Eso hace de las enanas blancas astros ultradensos, solo superados en densidad por las estrellas de neutrones y los agujeros negros.
El telescopio espacial Hubble, de la NASA y la ESA, respectivamente las agencias espaciales estadounidense y europea, ha observado a la enana blanca WD 1647+375, situada a unos 260 años-luz de distancia de la Tierra y con una masa de aproximadamente la mitad de la del Sol, concentrada en un diámetro similar al de la Tierra.
Un equipo encabezado por Snehalata Sahu, de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, ha examinado a fondo dichas observaciones. Al analizar el espectro de la luz, ha encontrado, con una abundancia anormalmente grande, sustancias químicas impropias de una enana blanca. En cambio, esta firma química encaja muy bien con la de planetas enanos gélidos como Plutón, que en nuestro sistema solar orbitan en la periferia y que en el sistema de esa enana blanca debieron hacer lo mismo.
Todo apunta a que en su día el sistema solar de WD 1647+375 fue similar al nuestro, incluyendo una población periférica de planetas enanos helados como la de nuestro sistema solar. Al llegar al final de su vida estelar y experimentar una cadena de transformaciones drásticas, la estrella comenzó a perturbar gravemente las órbitas de los astros de su sistema solar, incluso las de los más lejanos, y una de las más recientes catástrofes que ha provocado ha sido despedazar a un planeta enano parecido a Plutón.
Recreación artística de una enana blanca rodeada por un gran disco de escombros. Restos de un objeto arrastrado hacia ella y parecido a Plutón, caen sobre su superficie. (Imagen: NASA / Tim Pyle / Caltech)
Tal como apunta Sahu, lo más inquietante de este drama cósmico de destrucción es que muy probablemente también se acabará representando en nuestro sistema solar. Dentro de unos miles de millones de años, el Sol experimentará la misma serie de transformaciones peligrosas que culminarán con su conversión en enana blanca. Esto perturbará catastróficamente las órbitas de muchos astros del sistema solar, y ese Sol del futuro devorará seguramente a bastantes.
“Si un observador extraterrestre mira hacia nuestro sistema solar en un futuro lejano, podría ver el mismo tipo de restos que vemos hoy alrededor de esta enana blanca”, advierte Sahu.
El estudio se titula “Discovery of an icy and nitrogen-rich extrasolar planetesimal”. Y se ha publicado en la revista académica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. (Fuente: NCYT de Amazings)