Biología
¿Qué sentido es más importante para los seres humanos y cuál es más grave perder?
Desde la antigüedad, filósofos, médicos y científicos han debatido sobre qué sentido es más importante para la supervivencia, el bienestar y la calidad de vida de los seres humanos. Vista, oído, tacto, gusto y olfato conforman la ventana sensorial con la que interpretamos el mundo. Pero ¿cuál de ellos es realmente más esencial? ¿Y qué consecuencias tiene su pérdida?
La vista: el sentido más valorado
La mayoría de los estudios y encuestas coinciden en que la vista es considerada el sentido más importante por los seres humanos. De hecho, según investigaciones publicadas en revistas médicas como JAMA Ophthalmology, más del 70% de las personas temen más perder la visión que cualquier otro sentido.
La explicación es clara: cerca del 80% de la información que procesamos del entorno llega a través de los ojos. La visión permite orientarnos, leer, reconocer rostros, disfrutar del arte, la naturaleza o el cine. La pérdida de la vista puede tener consecuencias devastadoras: aislamiento social, depresión, dificultades de movilidad y una pérdida de independencia mucho mayor que con otros sentidos.
El oído: clave para la comunicación y la seguridad
El oído ocupa el segundo lugar en importancia. No solo permite disfrutar de la música o el lenguaje, sino que también cumple una función vital: advertirnos de peligros, como un coche acercándose o una alarma de incendio.
La pérdida auditiva afecta a más de 400 millones de personas en el mundo, según la OMS. Además de dificultar la comunicación, la sordera no tratada se asocia con mayor riesgo de demencia, deterioro cognitivo y aislamiento social.
El tacto: un sentido invisible pero indispensable
A menudo olvidado, el tacto es fundamental para la vida. Nos permite percibir la temperatura, la presión y el dolor. Sin él, el cuerpo pierde su sistema de alerta ante lesiones, quemaduras o infecciones. Existen enfermedades neurológicas raras en las que las personas no sienten dolor, lo que puede ser letal.
Además, el tacto está íntimamente ligado a la conexión emocional: una caricia, un abrazo o un apretón de manos tienen un impacto psicológico profundo, regulando incluso la producción de oxitocina, la llamada “hormona del vínculo”.
Gusto y olfato: los sentidos infravalorados
El gusto y el olfato suelen considerarse secundarios, pero juegan un papel esencial en la nutrición y en la memoria emocional. La anosmia (pérdida del olfato), muy común tras infecciones virales como la COVID-19, provoca no solo una pérdida del disfrute de la comida, sino también riesgos de seguridad (no detectar humo o gas). Además, está relacionada con depresión y ansiedad.
La pérdida del gusto rara vez ocurre de forma aislada, pero cuando sucede puede generar desnutrición o cambios drásticos en la dieta.
Entonces, ¿cuál es más grave perder?
Aunque todos los sentidos son importantes y se complementan, la ciencia y la percepción social coinciden: la pérdida de la vista es la más grave en términos de independencia, seguridad y calidad de vida.
Sin embargo, la combinación de sentidos es lo que realmente garantiza nuestra adaptación al entorno. Cada uno cumple un rol insustituible, y su ausencia altera de forma única la experiencia humana.