Geología
Las fuentes naturales de radiación ionizante en la Tierra
La palabra radiación suele evocar imágenes de reactores nucleares, accidentes o tratamientos médicos. Sin embargo, la radiación ionizante es un fenómeno natural que nos acompaña desde el origen del planeta. Está presente en el aire que respiramos, el suelo que pisamos y hasta dentro de nuestros propios cuerpos. Pero ¿de dónde procede realmente esta energía invisible?
¿Qué es la radiación ionizante?
La radiación ionizante es aquella que tiene suficiente energía para arrancar electrones de los átomos, generando iones. Este proceso puede alterar moléculas biológicas y, por tanto, tiene efectos potenciales sobre la salud. Aun así, la exposición a pequeñas dosis de radiación natural es parte inherente de la vida en la Tierra.
Las fuentes naturales principales
1. Radiación cósmica: el legado del universo
Desde las profundidades del espacio, partículas de alta energía —protones, núcleos de helio y otras— bombardean constantemente nuestra atmósfera. Cuando estas partículas chocan con los gases atmosféricos, producen una cascada de radiación secundaria (muones, neutrones, electrones) que llega a la superficie terrestre.
-Mayor exposición: a altitudes elevadas (como en los Andes o el Himalaya) y durante vuelos comerciales.
-Dato curioso: los astronautas reciben cientos de veces más radiación cósmica que una persona en la superficie terrestre.
2. Radiación terrestre: el legado del planeta
En el propio suelo y las rocas se encuentran isótopos radiactivos naturales, restos del proceso de formación de la Tierra hace más de 4.500 millones de años. Los principales son:
Uranio-238
Torio-232
Potasio-40
Estos elementos se desintegran lentamente, emitiendo partículas alfa, beta y rayos gamma. En zonas ricas en granito o minerales uraníferos, los niveles de radiación natural pueden ser notablemente más altos.
3. El gas radón: el enemigo silencioso
El radón-222 es un gas radiactivo que proviene de la desintegración del uranio en el suelo. Al ser incoloro e inodoro, puede acumularse en espacios cerrados, como sótanos o minas, alcanzando concentraciones peligrosas.
-Según la OMS, el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco.
-La ventilación adecuada y las mediciones periódicas son las mejores estrategias de prevención.
4. El cuerpo humano: radiación desde dentro
Sí, nosotros mismos somos fuentes de radiación. El potasio-40 y el carbono-14, presentes en nuestros tejidos, emiten radiación beta constantemente. Un ser humano promedio recibe unos 0,3 milisieverts (mSv) anuales solo por esta fuente interna.
Cuánta radiación natural recibimos
En promedio, una persona está expuesta a unos 2,4 mSv al año de radiación natural, aunque puede variar según la altitud, la geología y el estilo de vida. Para ponerlo en perspectiva, una radiografía de tórax equivale a unos 0,1 mSv.
Vivir en un planeta radiactivo… y seguro
Lejos de ser motivo de alarma, la radiación natural ha estado presente desde antes de la vida misma. Algunos científicos incluso sugieren que pudo jugar un papel en la evolución biológica, al inducir mutaciones genéticas beneficiosas. Comprender sus fuentes y efectos nos permite convivir con ella de manera segura, sin miedo, pero con conocimiento.