Medicina
Anticuerpos conjugados a fármacos, nueva arma contra el cáncer de páncreas
El cáncer de páncreas es uno de los tumores malignos más agresivos y de mayor mortalidad que existen. En España, cada año se diagnostican más de 10.000 personas, de las cuales, menos del 10% sobrevive más de cinco años después del diagnóstico. El problema se agrava al ser un tumor que cuesta diagnosticar en las primeras etapas, cuando las probabilidades de curarlo son mayores, dado que no causa síntomas hasta que no se ha diseminado a otros órganos. Además, a una situación ya complicada de por sí, se le añade una resistencia habitual a los tratamientos convencionales.
En este contexto poco esperanzador, estudios como uno reciente realizado en España dan el empuje necesario para seguir investigando en la búsqueda de terapias efectivas que puedan aumentar la supervivencia de los pacientes.
Este estudio es obra de un equipo integrado, entre otros, por Atanasio Pandiella, del Centro de Investigación del Cáncer (CIC, un centro mixto de investigación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Salamanca (USAL)) y de CRIS Contra el Cáncer; Inés Romero Pérez, del Instituto de Biología Molecular y Celular del Cáncer (IBMCC, centro mixto del CSIC y la USAL), así como del Centro de Investigación Biomédica en Red del Cáncer (CIBERONC); y Gabriel Capellá, del CIBERONC y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ubicado en Hospitalet de Llobregat y que es una de las instituciones CERCA de la Generalitat de Cataluña.
Una aproximación innovadora: “misiles teledirigidos” contra el cáncer
El equipo de investigación ha apostado por el uso de anticuerpos conjugados a fármacos citotóxicos como estrategia terapéutica. Estos anticuerpos son una especie de misiles teledirigidos con la capacidad de reconocer selectivamente moléculas presentes en las células cancerosas y, al hacerlo, liberar los fármacos que provocan su muerte. Y lo más importante: pueden hacerlo de forma tan específica que no dañan las células sanas colindantes.
Esta estrategia hace cierto tiempo que se está utilizando en investigación oncológica, pero, como apunta el Dr. Pandiella, es un campo nuevo dentro del estudio del cáncer de páncreas: «Los anticuerpos conjugados a fármacos citotóxicos ya han demostrado su eficacia en otros tipos de tumores, con más de 200 ensayos clínicos en marcha a nivel internacional, pero hasta ahora, el cáncer de páncreas no contaba con una estrategia de este tipo».
Arquitectura molecular: las partes del “misil”
Para conseguir diseñar esta estrategia, los investigadores identificaron la proteína TGF-alfa como diana terapéutica en el cáncer de páncreas. Gracias al análisis de las muestras de pacientes de este tipo de cáncer, vieron que la TGF-alfa, esencial para la proliferación celular, estaba sobreexpresada en las muestras tumorales, en comparación con las muestras de células sanas y, además, que la eliminación de su actividad reducía drásticamente la proliferación tumoral. Así, la TGF-alfa se convertía en la pista molecular perfecta para delatar la presencia de cáncer de páncreas y, por lo tanto, el punto débil por donde atacar a las células tumorales pancreáticas.
Partiendo de esta base, los investigadores desarrollaron varios anticuerpos monoclonales capaces de identificar TGF-alfa y conjugados en diferentes fármacos citotóxicos, utilizados ya en la práctica clínica, para poder actuar contra el cáncer una vez reconocido. De todas las combinaciones generadas, se seleccionaron dos por su especificidad y eficacia: los que serían los “misiles teledirigidos”, 5F1 y 16B10.
Y funcionaron: según los resultados en modelos animales y cultivos celulares, los “misiles” lograron frenar e, incluso, inducir la regresión tumoral con el mínimo de efectos adversos.
Células de cáncer de páncreas en las cuales se ve su núcleo en azul, y la proteína TGF-alfa, identificada con el anticuerpo conjugado a fármaco, que se ha coloreado de verde, y es lo que tiñe estas células en forma de “adoquinado”. (Imagen: CIC)
Implicaciones para el futuro
Los resultados conseguidos suponen un avance clave para el desarrollo de nuevos tratamientos de precisión contra el cáncer de páncreas. La especificidad del tratamiento permite atacar selectivamente las células tumorales, minimizando el daño al tejido sano y reduciendo potencialmente los efectos secundarios asociados a la quimioterapia convencional.
Además, el estudio demuestra, por primera vez, la viabilidad de utilizar TGF-alfa como diana tumoral en terapias de este tipo. Así, dado que esta molécula también está muy presente en otros cánceres agresivos, como el de pulmón, se abre la puerta a futuras aplicaciones en otros tumores difíciles de tratar.
El estudio se titula “An antibody-drug conjugate targeting soluble and membrane-bound TGFα is effective against pancreatic tumors”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Experimental & Clinical Cancer Research. (Fuente: CIC / IBMCC / CSIC / CIBERER / USAL / IDIBELL)