Astronáutica
Conectando con el espacio: el programa de radioaficionados de la Estación Espacial Internacional (ISS)
Aunque los satélites, los telescopios espaciales y los vehículos no tripulados capturan gran parte de la atención mediática, existe un proyecto mucho más “humilde” —pero no menos inspirador— que permite a estudiantes, entusiastas de la radio y a la comunidad global entablar comunicación con la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS). Este es el programa Amateur Radio on the International Space Station (ARISS), una iniciativa internacional de radioaficionados que combina educación, tecnología y exploración espacial.
Origen y evolución del programa
El programa ARISS no nació de un día para otro. Sus raíces se remontan a los primeros experimentos de radioaficionados en vuelos espaciales, como el Shuttle Amateur Radio Experiment (SAREX) en la década de 1980. Posteriormente, cuando la ISS se consolidó como plataforma permanente desde el año 2000, se instaló equipo de radioaficionados a bordo y se formalizó ARISS como un consorcio internacional de sociedades de radioaficionados y agencias espaciales.
Las agencias espaciales involucradas incluyen NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), ESA (Europa), JAXA (Japón) y la CSA (Canadá).
Desde entonces, el programa ha permitido cientos de contactos entre la tripulación en órbita y estudiantes en tierra, y ha servido como puerta de entrada para despertar vocaciones en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).
¿Cómo funciona técnicamente el contacto de radioaficionados con la ISS?
Equipamiento a bordo
A bordo de la ISS existe un equipo de radioaficionados —multibanda y multimodo— que permite tanto contactos planificados con escuelas como comunicaciones informales entre la tripulación y operadores en la Tierra. Por ejemplo, en el módulo Columbus de la ESA está instalado parte del equipo europeo.
Modo de contacto
Los contactos se organizan de dos formas principales:
-Contacto directo: una escuela o club de radioaficionados en tierra instala su estación (antena, radio, software de seguimiento de satélites) y, cuando la ISS pasa sobre su horizonte, conecta directamente con el tripulante.
-Tele-bridge: si la escuela no dispone del equipamiento suficiente, se conecta mediante una estación puente que enlaza a la ISS y la escuela por teléfono o internet.
Limitaciones orbitales y de tiempo
La ISS se desplaza a unos 28.000 km/h y completa una vuelta alrededor de la Tierra aproximadamente cada 90 minutos. Esto significa que la ventana de contacto desde un punto determinado en la Tierra es breve —a menudo unos 8-10 minutos—, lo que exige que la escuela tenga sus preguntas preparadas y el equipo bien alineado.
Frecuencias y protocolos
Por ejemplo, uno de los down-links comunes es 145.800 MHz para los eventos del programa ARISS. El uso del protocolo correcto, de identificaciones de radioaficionado (callsigns) y de una buena práctica de comunicación es parte del aprendizaje para los protagonistas en tierra.
![[Img #77105]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/10_2025/4550_1_iss054e052219_acaba_ariss-jpg.jpg)
(Foto: NASA)
Impacto educativo y social
El valor del programa ARISS no reside únicamente en hacer «una llamada al espacio», sino en la experiencia educativa que la rodea: estudiantes investigando sobre ondas de radio, satélites, microgravedad, vida a bordo de la ISS, y desarrollando habilidades de comunicación y presentación.
Por ejemplo, la página de la NASA indica que más de 250 000 participantes han estado involucrados a través del programa, interactuando con más de 100 tripulantes hasta la fecha.
El programa también actúa como catalizador para fomentar el interés en carreras STEM, generando vocaciones y sensibilizando sobre la exploración espacial en un formato accesible.
Además, el programa se extiende a comunidades de radioaficionados en todo el mundo, lo que fortalece una red global de entusiastas de la tecnología, la radio y el espacio.
Cuestiones técnicas
Aunque el programa ARISS es exitoso, enfrenta varios inconvenientes:
-Logística y programación: coordinar un pase orbital de la ISS, disponer del equipo adecuado en tierra, asegurar la conexión, etc., es complejo. Un fallo de sincronización puede implicar que la ventana de contacto se pierda.
-Equipamiento educativo: muchas escuelas no disponen de antenas, radios o experiencia en comunicación de satélites; ello exige colaboración con clubes de radioaficionados o voluntarios.
-Limitaciones de tiempo: los breves minutos disponibles exigen que los participantes hayan practicado con antelación, formulado preguntas, entrenado en protocolo.
-Cobertura mundial: a pesar de la dimensión global del programa, aún existen regiones con menos acceso a este tipo de oportunidades, bien por falta de infraestructura o redes de radioaficionados.
-Mantenimiento del equipo en la ISS: aunque robusto, el equipo de ham radio en la ISS requiere mantenimiento, actualizaciones y soporte técnico que depende de operaciones espaciales y recursos.
Casos relevantes y ejemplos
Un ejemplo inspirador es el de una escuela en Florida, EE.UU., que preparó durante varias semanas y consiguió conectarse con una astronauta en la ISS. Los alumnos aprendieron sobre ondas electromagnéticas, seguimiento de satélites y protocolo de radio antes de hacer sus preguntas.
En otro caso, la organización de radioaficionados española ARISS‑EA Team difunde recursos en español, apoya actividades en España y países de habla hispana, y proporciona apoyo técnico y educativo para escuelas que desean participar.
El futuro del programa ARISS parece prometedor por varias razones:
-La tecnología de radio, seguimiento orbital y software definido (SDR) se hace cada vez más accesible para escuelas y clubes, lo que facilita la participación.
-El crecimiento de iniciativas STEM y la conciencia sobre la exploración espacial como motor de educación hacen que este tipo de programas tengan mayor demanda.
-Potenciales extensiones del programa pueden incluir nuevos modos de comunicación digital, experimentos de radio en microgravedad, e integración con misiones futuras más allá de la ISS.
-El creciente interés global por radioaficionados y satélites (como cubesats) abre una nueva dimensión de colaboración entre la Tierra y el espacio.



