Biología
Descubren que un nutriente en huevos y carne puede influir en la expresión de genes
Así como a las mujeres se les aconseja consumir bastante ácido fólico desde fechas próximas a la concepción y hasta completarse las primeras semanas del embarazo, una nueva investigación sugiere que hay otro nutriente muy similar que puede que algún día pase a estar incluido en la lista rutinaria de recomendaciones de los tocólogos.
Consumir cantidades más altas de colina (un nutriente presente en huevos y carne) durante el embarazo puede reducir la vulnerabilidad que el hijo o hija tenga años después a enfermedades relacionadas con el estrés, tales como alteraciones de la salud mental, y a ciertos trastornos crónicos, como la hipertensión.
En el nuevo estudio, un equipo de especialistas en nutrición y en obstetricia, de la Universidad de Cornell en Ithaca, y el Centro Médico de la Universidad de Rochester, ambas instituciones en el estado de Nueva York, ha constatado en las mujeres examinadas que el consumo durante el embarazo de cantidades de colina superiores a las normales modificaba marcadores epigenéticos (variaciones en nuestro ADN que hacen que nuestros genes se activen o desactiven, o mantengan un nivel alto de actividad o uno bajo) en el feto. Aunque los marcadores epigenéticos no modifican nuestros genes, sí dejan una huella permanente al determinar su destino: Si un gen no está activado, es decir, no es expresado, a efectos prácticos es como si no existiera.
El hallazgo se volvió especialmente interesante cuando los investigadores descubrieron que los marcadores afectados eran los que regulaban el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, el cual controla prácticamente toda la actividad hormonal del cuerpo, incluyendo la producción de cortisol, una hormona que refleja nuestra respuesta al estrés y regula nuestro metabolismo, entre otras cosas.![[Img #10443]](upload/img/periodico/img_10443.jpg)
Un consumo más alto de colina por la madre condujo a que el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal fuera más estable y por tanto a que hubiera menos cortisol en el feto. Al igual que con muchos aspectos de nuestra salud, la estabilidad es algo muy bueno: Investigaciones anteriores han mostrado que la exposición temprana a altos niveles de cortisol, los que a menudo son consecuencia de ansiedad o depresión en la madre, puede aumentar el riesgo de que el hijo o hija tenga de por vida a trastornos metabólicos y asociados al estrés.
El estudio realizado por el equipo de la Dra. Eva K. Pressman, directora del programa de embarazos de alto riesgo en el Centro Médico de la Universidad de Rochester, es importante porque muestra que un nutriente relativamente simple puede tener efectos de gran relevancia en la vida prenatal, y que probablemente estos efectos siguen teniendo una influencia significativa durante la vida adulta.
Aunque se necesita investigar más, todo apunta a que las mujeres embarazadas deberían consumir una dieta que incluya alimentos ricos en colina, como huevos, carne magra, judías (frijoles) y verduras crucíferas como el brócoli.
En la investigación también ha trabajado Marie Caudill, profesora en la División de Ciencias de la Nutrición en la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York.
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