Ecología
El enigma de los “círculos fantasma” de Namibia: cuando el agua y las plantas dibujan geometría en el desierto
En los áridos paisajes de Namibia, como surcos dibujados por una mano invisible, brotan miles de parches circulares carentes de vegetación, rodeados por anillos de hierba. Durante décadas, estos fenómenos han sido conocidos como “círculos fantasma” o “fairy circles” (“círculos de hadas”), y su origen ha intrigado tanto a científicos como a sacerdotes, indígenas y curiosos por igual.
¿Qué son los círculos fantasma de Namibia?
Los círculos fantasma son áreas circulares, de entre 2 y 12 metros de diámetro aproximadamente, que aparecen como manchas lisas de suelo desnudo, rodeadas por un borde de pasto más alto. Estas formaciones se localizan principalmente en las zonas de pradera arenosa del desierto de Namibia, en una franja muy específica que recibe entre 70 y 120 mm de lluvia al año.
Los estudios han mostrado que, aunque a simple vista parecen formaciones estáticas, los círculos son “vivos”: aparecen, crecen, se mantienen durante décadas y a veces desaparecen. Se han estimado duraciones medias de 24 años para los más pequeños, mientras que los más grandes pueden perdurar hasta 75 años.
Además, los círculos no están distribuidos al azar: se organizan en patrones regulares, casi hexagonales, que recuerdan a tableros de juego o al diseño en colmenas.
Antiguas leyendas y explicaciones místicas
Las explicaciones populares han abundado. Algunas culturas locales, como los Himba, interpretan estas zonas como “huellas de dioses”. Otros mitos menos espirituales hablaban de “dragones” subterráneos que quemaban la vegetación con su aliento venenoso. Sin embargo, estas interpretaciones poéticas no satisfacían la curiosidad científica.
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Hipótesis científicas: ¿qué causa estos círculos?
A lo largo de los años, los investigadores han propuesto varias teorías para explicar los círculos fantasma. Dos de las más estudiadas son:
-Termitas
Una hipótesis clásica sugería que insectos —en particular las termitas del tipo Psammotermes allocerus— eran responsables. Estas termitas habitan bajo tierra en el desierto, construyen extensos túneles y podrían alimentarse de raíces, dejando la superficie en círculos sin vegetación.
Según esta idea, los túneles mantienen más humedad bajo la superficie, mientras que en la parte superior se interrumpe el crecimiento por el daño de raíces, lo que favorece el bare soil (suelo desnudo), y las hierbas crecen con más vigor en el borde donde no hay túneles.
-Autoorganización vegetal y competencia por agua
Otra explicación, cada vez más apoyada por datos recientes, es que las plantas mismas “organizan” su crecimiento en respuesta a la escasez de agua. Investigaciones recientes (por ejemplo, del equipo de Stephan Getzin) han mostrado que, tras la lluvia, las hierbas jóvenes que germinan en el interior de los círculos mueren rápidamente porque no pueden competir por el agua.
Según Getzin, las hierbas perimetrales tienen raíces muy profundas (hasta 8-12 pulgadas), lo que les permite extraer agua de capas inferiores del suelo, creando un “efecto pozo” que roba el agua de la zona central. Este mecanismo se denomina “eco-hidrológico”: los círculos actúan como reservorios de agua, pero solo en los bordes las plantas pueden sobrevivir a largo plazo.
Además, desde el punto de vista de la geometría y la eficiencia, un círculo es la forma más eficiente para minimizar el número de plantas que compiten por un volumen de agua dado, comparado, por ejemplo, con un cuadrado.
Modelos matemáticos también respaldan esta idea: estudios teóricos muestran que interacciones no locales entre plantas (competencia por agua) pueden generar patrones circulares estables similares a los observados en Namibia.
Nuevas evidencias y consenso híbrido
Un estudio reciente publicado tras años de mediciones (incluyendo sensores de humedad en el suelo) respalda con fuerza la teoría de la autoorganización vegetal.
Al mismo tiempo, algunos científicos argumentan que no se puede descartar del todo el papel de las termitas. De hecho, en algunos modelos integrados ambos mecanismos (termite + competencia por agua) se combinan para dar lugar a los círculos
Por ejemplo, un artículo en Nature sugiere que las interacciones entre las colonias de termitas subterráneas y la vegetación son complementarias para explicar la formación de estos patrones.
Implicaciones ecológicas
Este fenómeno no es solo una curiosidad visual: podría tener implicaciones importantes para la ecología de zonas áridas y para comprender cómo las plantas se adaptan al cambio climático. Según Getzin y otros investigadores, la formación de círculos es un ejemplo matemático de patrones de Turing (es decir, estructuras autoorganizadas que emergen de interacciones locales) aplicados a ecosistemas.
Además, el hecho de que estas formaciones aparezcan y desaparezcan con el tiempo podría indicar transiciones ecológicas (“regime shifts”) en el ecosistema.



