Medicina
Alcohol y cáncer: por qué importa más de lo que crees
La relación entre el consumo de alcohol y el cáncer es uno de los temas más estudiados y, sin embargo, menos conocidos por el público general. Aunque durante décadas el debate se centró en los efectos cardiovasculares o sociales del alcohol, hoy la evidencia científica es contundente: el alcohol es un carcinógeno demostrado, y su consumo regular aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
¿Por qué el alcohol puede causar cáncer?
La clave está en un compuesto llamado acetaldehído, un metabolito tóxico producido cuando el hígado procesa el etanol. El acetaldehído es altamente reactivo y puede dañar el ADN, dificultar su reparación y generar mutaciones.
Además, el alcohol:
-Incrementa la producción de radicales libres, que oxidan y dañan las células.
-Afecta las hormonas, especialmente estrógenos, aumentando el riesgo de ciertos tumores hormonodependientes.
-Favorece la absorción de carcinógenos presentes en el tabaco, multiplicando el riesgo en quienes combinan ambas sustancias.
-Produce inflamación crónica, un factor conocido en el desarrollo tumoral.
El efecto combinado de estos mecanismos explica por qué la relación entre alcohol y cáncer es consistente en múltiples estudios epidemiológicos.
![[Img #77397]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/11_2025/5138_rum-3898745_1280.jpg)
Tipos de cáncer más asociados al consumo de alcohol
La evidencia científica más sólida apunta a siete tipos principales:
1. Cáncer de mama
Es uno de los vínculos más preocupantes, ya que incluso el consumo ligero o moderado se ha asociado a un aumento del riesgo. El alcohol eleva los niveles de estrógenos, que favorecen ciertos tumores mamarios.
2. Cáncer de hígado
El hígado es el órgano que más sufre el efecto tóxico del alcohol. La cirrosis alcohólica es uno de los principales factores de riesgo del carcinoma hepatocelular.
3. Cáncer colorrectal
Diversos estudios muestran que beber regularmente incrementa la probabilidad tanto de pólipos precancerosos como de cáncer de colon y recto.
4. Cáncer de boca, faringe y laringe
Aquí el alcohol actúa como un “facilitador” de la entrada de otros carcinógenos, especialmente el del tabaco. Las personas que beben y fuman tienen un riesgo exponencialmente mayor.
5. Cáncer de esófago
Particularmente el carcinoma escamoso, fuertemente asociado con el alcohol.
¿Existe un nivel seguro de consumo?
La investigación reciente coincide en un punto clave: no existe un umbral completamente seguro de alcohol para el cáncer. Incluso cantidades bajas pueden tener impacto, especialmente en el cáncer de mama y colorrectal.
Esto no significa que todas las personas que beben desarrollarán cáncer, pero sí que cada vaso añade un pequeño incremento proporcional de riesgo, acumulativo a lo largo de los años.
¿Y el vino tinto? ¿Los “beneficios cardiovasculares”?
Aunque el vino se ha asociado tradicionalmente a efectos protectores por sus antioxidantes, la evidencia moderna es clara: los posibles beneficios no compensan el aumento de riesgo de cáncer. Los polifenoles del vino también están presentes en uvas, frutos rojos y otros alimentos sin los riesgos del alcohol.
Cómo reducir el riesgo
-Limitar el consumo, idealmente reduciéndolo al mínimo.
-Evitar combinar alcohol y tabaco, ya que multiplican el riesgo de tumores de cabeza y cuello.
-Optar por días sin alcohol a la semana.
-Fomentar estilos de vida protectores: dieta rica en frutas y verduras, ejercicio regular y control del peso.



