El cáncer en el reino animal

El cáncer no es una enfermedad exclusiva de los seres humanos. Desde mamíferos hasta reptiles, peces e incluso insectos, numerosos grupos animales pueden desarrollar tumores con características sorprendentemente similares —y, en ocasiones, radicalmente distintas— a los nuestros. Para la ciencia, comprender cómo aparece y evoluciona el cáncer en otras especies abre una ventana única hacia nuevas terapias, mecanismos de resistencia y estrategias de prevención. Este es un campo de estudio que está ganando tracción y que, además, ofrece material valioso para investigaciones biomédicas y evolutivas.

Mamíferos: los casos más estudiados

Los mamíferos comparten con los humanos estructuras celulares y vías metabólicas muy parecidas, lo que explica por qué son los más investigados en oncología comparada.

-Perros y gatos desarrollan tumores muy parecidos a los humanos, tanto en su origen como en su comportamiento. La investigación veterinaria está revelando paralelismos que permiten probar nuevos tratamientos con un enfoque “One Health”.

-Grandes mamíferos, como elefantes y ballenas, desafían una paradoja evolutiva conocida como la paradoja de Peto: animales con más células y más longevidad deberían tener más cáncer, pero no es así. Los elefantes, por ejemplo, tienen múltiples copias adicionales del gen p53, un supresor tumoral clave. Comprender estos mecanismos podría inspirar nuevas estrategias preventivas en humanos.

Reptiles: tumores vinculados al ambiente

Los reptiles también sufren cáncer, aunque su estudio es menor por limitaciones logísticas y escasez de datos.

-Las tortugas marinas pueden desarrollar fibropapilomatosis, un cáncer relacionado con un herpesvirus que se agrava por la polución y el calentamiento de los océanos.

-En lagartos y serpientes, los tumores suelen asociarse a infecciones, radiación solar o condiciones ambientales extremas. Las diferencias en su sistema inmunitario y metabolismo hacen de los reptiles un modelo interesante sobre cómo la fisiología influye en la proliferación celular.

Peces: sensibilidad extrema y modelos experimentales clave

En peces, el cáncer está ampliamente documentado, especialmente en especies utilizadas como modelo científico.

-El pez cebra (Danio rerio) es uno de los organismos estrella en biomedicina: transparente en etapas tempranas y con un genoma manipulable, permite visualizar tumores en tiempo real y estudiar metástasis.

-Algunas especies salvajes, como los peces de arrecife o los salmónidos, presentan tumores inducidos por contaminantes ambientales, radiación UV o virus específicos. Estos casos ayudan a identificar factores carcinogénicos en ecosistemas acuáticos.

Cáncer en aves

El cáncer en aves se produce por la proliferación descontrolada de células anormales, que pueden formar tumores benignos o malignos. Entre las especies más estudiadas, como pollos, palomas y loros, se han identificado diversos tipos de tumores, incluyendo linfomas, leucemias y sarcomas. Algunos tumores son visibles externamente, mientras que otros afectan órganos internos, dificultando su diagnóstico temprano.

Causas y factores de riesgo

Diversos factores contribuyen al desarrollo de cáncer en aves:

-Genéticos: Algunas especies presentan predisposición hereditaria a ciertos tipos de tumores.

-Ambientales: La exposición a toxinas, contaminantes químicos y radiación puede desencadenar mutaciones celulares.

-Virales: Virus como el virus leucémico aviar y el virus de la reticuloendoteliosis están directamente relacionados con ciertos cánceres en aves.

-Dieta y estilo de vida: La nutrición deficiente y el estrés crónico también pueden aumentar la vulnerabilidad.

Síntomas a tener en cuenta

Detectar cáncer en aves puede ser un desafío, especialmente en especies silvestres. Sin embargo, signos como pérdida de peso inexplicable, letargo, dificultades respiratorias, bultos visibles o cambios en el comportamiento pueden ser indicativos de la enfermedad. La evaluación veterinaria temprana y el uso de técnicas de diagnóstico por imagen, como radiografías y ecografías, son esenciales.

Insectos: cáncer sin cáncer… pero con pistas reveladoras

Aunque los insectos no desarrollan cáncer de la misma forma que los vertebrados —principalmente por su menor esperanza de vida y organización tisular distinta— sí pueden presentar crecimientos celulares anómalos y mutaciones descontroladas.

-Las Drosophila melanogaster (moscas de la fruta) son cruciales para el estudio genético del cáncer. Muchos genes oncogénicos y supresores humanos fueron identificados inicialmente en insectos.

-En abejas y hormigas, los tumores son rarísimos, probablemente por su biología basada en castas especializadas y tasas de renovación celular muy particulares. La baja incidencia en estos animales es un campo de estudio prometedor.

¿Por qué investigar el cáncer en otras especies?

El estudio comparado del cáncer ofrece tres beneficios científicos clave:

-Comprender qué factores protegen o predisponen al cáncer en distintos organismos.
Esto permite identificar estrategias que la evolución ha desarrollado para frenar la proliferación celular.

-Detectar patrones ambientales o virales.
Algunas especies funcionan como sensores biológicos ante contaminantes o radiaciones que también podrían afectar a los humanos.

-Desarrollar nuevos modelos experimentales y tratamientos.
Desde el ADN adicional del p53 en elefantes hasta la transparencia del pez cebra, cada especie aporta una herramienta única.