Medicina veterinaria
Peste porcina africana: una amenaza silenciosa para la seguridad alimentaria global
La peste porcina africana (PPA) se ha convertido en uno de los mayores desafíos sanitarios y económicos del sector ganadero en la última década. Aunque no afecta a los seres humanos, su impacto en cerdos domésticos y jabalíes es devastador. Con tasas de mortalidad que pueden alcanzar el 100%, y sin una vacuna comercial disponible a escala global, su expansión representa un riesgo real para la seguridad alimentaria, el comercio internacional y la estabilidad económica de regiones enteras.
¿Qué es la peste porcina africana?
La peste porcina africana es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por un Asfivirus. Se transmite por contacto directo entre animales, a través de fluidos corporales, carne infectada, garrapatas blandas del género Ornithodoros y por fómites contaminados (vehículos, ropa, herramientas, piensos, etc.). Su resistencia ambiental es extraordinariamente alta, lo que dificulta su control.
A diferencia de la peste porcina clásica, no existe vacuna eficaz ampliamente disponible, lo que convierte la prevención en la única herramienta real para detenerla.
Consecuencias económicas y sociales de la PPA
1. Pérdidas económicas millonarias
Los brotes obligan a sacrificar miles de animales y paralizan el comercio. Países como China, Polonia o Alemania, y ahora España, han sufrido pérdidas superiores a los miles de millones de euros debido a la caída de la producción y a restricciones de exportación.
2. Impacto en la seguridad alimentaria
El cerdo es una de las fuentes de proteína animal más consumidas del mundo. Cuando la producción se derrumba, los precios suben y aumentan las dificultades para cubrir la demanda interna.
3. Afectación al medio rural
La PPA golpea especialmente a pequeños productores y cooperativas agrarias. La reducción de ingresos provoca la desaparición de explotaciones familiares y agrava la despoblación rural.
4. Daños ecológicos por expansión en fauna silvestre
El jabalí juega un papel clave en la transmisión del virus. Las poblaciones salvajes actúan como reservorio natural, dificultando la erradicación y generando desequilibrios ecológicos por las medidas de control.
![[Img #77448]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/12_2025/5427_1079px-eberswalde_zoo_12-2017_img2.jpg)
(Foto: A. Savin/Wikimedia Commons)
Cómo evitar la peste porcina africana: medidas clave
1. Bioseguridad estricta en las explotaciones
La bioseguridad es la barrera más eficaz. Incluye:
-Control de accesos a las granjas.
-Desinfección obligatoria de vehículos y equipos.
-Cambios de ropa y calzado.
-Perímetros vallados para impedir el contacto con fauna salvaje.
-Control del origen del pienso y agua.
Invertir en bioseguridad es mucho más económico que afrontar un brote.
2. Gestión del jabalí y monitoreo ambiental
Las autoridades recomiendan:
-Reducir densidades de jabalí en zonas de riesgo.
-Instalar puntos de vigilancia sanitaria.
-Analizar cadáveres encontrados en el campo.
Un hallazgo temprano puede evitar una expansión masiva.
3. Control en transporte y movimiento de animales
El transporte es una de las vías más rápidas de dispersión. Las normativas exigen:
-Vehículos certificados.
-Limpieza y desinfección homologada.
-Trazabilidad completa en cada traslado.
4. Prohibición de restos de comida a los animales
La práctica de alimentar cerdos con desperdicios, especialmente embutidos o restos de carne de origen desconocido, es extremadamente peligrosa. El virus puede sobrevivir meses en productos cárnicos.
5. Formación y concienciación constante
Trabajadores, veterinarios y transportistas deben recibir información actualizada sobre:
-Síntomas clínicos.
-Protocolos de notificación.
-Procedimientos de emergencia.
Una granja informada es una granja protegida.
6. Vigilancia internacional y cooperación científica
La PPA no entiende de fronteras. Los modelos de predicción epidemiológica, la investigación en vacunas y la coordinación entre países son esenciales para frenar su avance.

