Astronomía
Colisiones de planetesimales en otro sistema solar
Se ha conseguido observar un nuevo caso de choque entre objetos del tamaño de asteroides en un sistema solar en proceso de formación. Todo apunta a que esos objetos son planetesimales, piezas primigenias de los planetas.
Se cree que el proceso típico por el que se forman los planetas, incluidos los de nuestro sistema solar, comienza con pequeños granos de polvo. Estos granos, presentes en el gran disco de gas y polvo con forma de rosquilla que gira alrededor de la estrella central también en formación o recién formada, comienzan a colisionar entre ellos y a congregarse en “grumos” por acción de la gravedad y otras fuerzas.
Bajo las condiciones adecuadas, estas colisiones congregan partículas cada vez más grandes, como una bola de nieve rodando cuesta abajo y haciéndose más grande. Con el paso del tiempo, las partículas de polvo se agrupan formando piedras y estas se agrupan formando rocas. La fase final del proceso produce objetos más grandes, denominados planetesimales, del orden de kilómetros o decenas de kilómetros de diámetro, que son los “ladrillos” típicos a partir de los cuales se forman los planetas, mediante colisiones con las cuales los planetesimales van amontonándose unos sobre otros y fusionándose.
La Tierra, como otros planetas, también creció a partir de planetesimales. Pero de eso hace muchísimo tiempo. Ocurrió en la infancia del sistema solar, hace unos 4600 millones de años. Hoy en día, en nuestro sistema solar ya no se ven colisiones de esa clase entre planetesimales, aunque ocurren a menudo en otros sistemas solares, lo bastante jóvenes, si bien observar tales choques es muy difícil. Dos de estas raras oportunidades se han dado en un mismo sistema solar en formación, el de la estrella Fomalhaut, que, con su edad de tan solo 440 millones de años es un bebé en comparación con el Sol que tiene unos 4600 millones.
Gracias a la corta edad del sistema de Fomalhaut y a su gran cercanía al nuestro (solo 25 años-luz los separan) ha sido posible identificar lo que, según todos los indicios, es un par de colisiones entre planetesimales. La primera se captó en 2004 y la segunda en 2023. Si no se trata de una casualidad extraordinaria, puede hacerse una estimación estadística del nivel de actividad que ese sistema solar tiene en cuanto a colisiones.
![[Img #77589]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/12_2025/4331_colisiones-de-planetesimales-en-otro.jpg)
Recreación artística del choque entre dos planetesimales en órbita a la estrella Fomalhaut. (Ilustración: NASA, ESA, STScI, Ralf Crawford (STScI))
Un equipo encabezado por Paul Kalas, de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, ha analizado la cuestión en un estudio reciente. Para el análisis, han resultado decisivas unas observaciones realizadas por el telescopio espacial Hubble, de las agencias espaciales estadounidense y europea (NASA y ESA; respectivamente).
Basándose en el brillo de las nubes de polvo generadas por las colisiones de 2004 y 2023, los objetos que chocaron tenían al menos 60 kilómetros de diámetro, o sea que, como mínimo, eran cuatro veces más grandes que el objeto que impactó contra la Tierra hace 66 millones de años y exterminó a los dinosaurios.
Los autores del estudio estiman que alrededor de Fomalhaut hay aproximadamente 300 millones de objetos del tamaño de los que colisionaron en esas dos ocasiones.
El estudio se titula “A second planetesimal collision in the Fomalhaut system”. Y se ha publicado en la revista académica Science. (Fuente: NCYT de Amazings)



