Matemáticas
La excusa de "la tormenta perfecta" en crisis económicas, accidentes nucleares y otros desastres
El término "tormenta perfecta" se ha vuelto parte del vocabulario público para describir desastres que van desde las crisis económicas de los últimos tiempos hasta la catástrofe nuclear en la central de Fukushima Daiichi, y para defender la idea de que nada se podía hacer para evitar tales desastres.
Pero según la analista Elisabeth Paté-Cornell, de la Universidad de Stanford en California, políticos, banqueros, y directivos de empresas en apuros por acometer negocios de alto riesgo, están usando demasiado a la ligera ese término y otros parecidos cuando se actúa tarde y mal tras una catástrofe o cuando no se ha hecho lo debido para mitigar una crisis que se acercaba con muchas señales previas.
En vez de reflexionar, después de sufrir el desastre, sobre las pocas probabilidades que tenía de ocurrir esa catástrofe, Paté-Cornell recomienda un enfoque más propio de la ingeniería (o del sentido común) para predecir lo que se avecina o para mitigarlo cuando no se pudo predecir.
Paté-Cornell recalca que el verdadero análisis de riesgos no es tanto hacer pronósticos como analizar los escenarios probables. Ella argumenta que explorar sistemáticamente esos escenarios puede ayudar a empresas y organismos a tomar decisiones más inteligentes antes de un suceso y frente a la incertidumbre.
Un buen análisis de riesgos no habría dejado dar luz verde a decisiones que ahora la dura realidad de la vida se ha encargado de demostrar que fueron del todo equivocadas.
En el caso de una central nuclear, la actividad sísmica, o la posibilidad de tsunamis en el área, deben ser parte de la ecuación, sobre todo si históricamente la zona ha sufrido terremotos que han provocado inundaciones destructivas. Paté-Cornell argumenta que los diseñadores de la central nuclear de Fukushima Daiichi no tuvieron en cuenta importantes precedentes históricos, incluyendo los terremotos ocurridos en los años 869 y 1611, los cuales generaron tsunamis similares a los que arrasaron la zona en marzo de 2011.
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